Un laboratorio de Hong Kong, señalado como el origen de un nuevo brote de coronavirus
El jefe del laboratorio rechaza hablar de brote porque solo un trabajador ha sido infectado
Las muestras del coronavirus que se analizaban en el laboratorio no eran contagiosas
Laboratorio y coronavirus es una mezcla que asusta. Primero por el miedo a que el coronavirus haya podido salir de un laboratorio como señala la viróloga china, Li-Meng Yan, refutada por los expertos que consideran que procede de los animales y que su informe no aporta evidencias, y segundo porque da pavor que un brote pueda salir de un laboratorio. Pues bien, es lo que puede haber ocurrido en Hong Kong, ya que el laboratorio de la Universidad de Hong Kong en el que se llevaban a cabo investigaciones sobre el coronavirus SARS-CoV-2 podría ser el origen de uno de los últimos brotes detectados en la ciudad semiautónoma china, informa hoy la prensa local. Según la televisión pública RTHK, las autoridades confirmaron este sábado un caso entre los empleados del laboratorio, y se encontraron coronavirus en 14 de las 37 muestras ambientales tomadas en las instalaciones, situadas en la Escuela de Salud Pública.
El principal virólogo del centro, el profesor Malik Peiris, cuyo laboratorio de la Universidad de Hong Kong ha realizado importantes hallazgos sobre el COVID-19 (destaca haber sido el primero en confirmar el contagio de un perro, en el pasado mes de marzo, y ha colaborado con el Gobierno local en estudios serológicos y de respuesta inmune) rechazó la idea de que este estaba siendo el centro de un posible nuevo brote, y señaló al Post que creía que el investigador infectado contrajo el virus fuera dle laboratorio. Peiris, eso sí, confirmó al Post que el investigador de 28 años, cuya infección fue anunciada por el Centro de Protección a la Salud , trabajaba en su laboratorio. Pero creía que el miembro del personal adquirió la infección en la comunidad y no en el laboratorio, según el South China Morning Post.
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Peiris dijo que el miembro del personal infectado, que se sometió a pruebas semanales, dio negativo hace dos semanas. Luego se fue de vacaciones por unos días, regresó a trabajar en el laboratorio el lunes pasado y fue a hacerse una prueba el miércoles, día que se detectó su infección. "Hemos examinado a todas estas personas, ya todos en esa zona todos dieron negativo", explica señalando que la carga viral del investigador era baja. Es cierto pero, por el momento, más de 40 compañeros de la trabajadora contagiada han sido puestos en cuarentena, aunque ninguno de ellos ha dado positivo en las pruebas hasta ahora. Peiris no tendrá que guardar cuarentena debido a que no ha estado en la ciudad recientemente y a que actualmente se encuentra en Sri Lanka, según fuentes citadas por ese diario.
Las muestras del coronavirus que se analizaban en el laboratorio no eran contagiosas, y las autoridades sanitarias de la ciudad han asegurado que no hay pruebas de que la infección se produjese en las instalaciones. De hecho, el centro ha ido sometiendo a todos los empleados a pruebas semanales como medida de precaución.
La situación en Hong Kong ha mejorado en las últimas semanas tras un verano convulso debido a una tercera oleada de contagios, que comenzó a principios de julio y que cuadruplicó el número de infectados tras haber detectado solo unos 1.200 hasta finales de junio. Este domingo la ciudad registró 23 contagios -cuatro de ellos importados de otros países-, lo que supone la cifra más alta en casi un mes, y contrasta con la situación del pasado día 15, en el que no se detectó ni un solo caso por primera vez desde que comenzó esa tercera oleada. La cifra total de casos en la antigua colonia británica sobrepasa los 5.000, con 103 fallecimientos hasta el momento.
Según fuentes médicas citadas por South China Morning Post, se espera que esta jornada el total de nuevos contagios detectados no sobrepase los seis, mientras que algunos expertos locales ya especulan con la posibilidad de que se relajen las medidas de distancia social de cara a los próximos festivos.