El joven tendía a cocinar pasta y a guardar parte de ella en tupperwares que dejaba a temperatura ambiente. Un día cogió esa pasta que llevaba varios días cocinada, la recalentó y le echó una salsa.
El estudiante se percató de que el sabor de su comida era diferente, pero pensó que el motivo era la salsa, debido a que no era la que solía utilizar. Por lo tanto, no le dio importancia y salió a la calle a practicar deporte.
A los 30 minutos de comer la pasta, el estudiante sintió un intenso dolor abdominal, náuseas y dolor de cabeza. Después de regresar a casa tuvo episodios intensos de diarrea acuosa y vomitó abundantemente, pero no buscó atención médica y, en cambio, decidió quedarse en su casa, beber agua e intentar dormir, tal y como recoge 'iflscience'.
A la mañana siguiente, sus padres se preocuparon cuando él no salió de la cama para ir a la universidad y, sobre las once de la mañana, cuando entraron a su habitación, este se encontraba muerto.
La autopsia reveló necrosis hepática, lo que indica que su hígado se había cerrado, así como posibles signos de pancreatitis aguda. Los frotis fecales revelaron la presencia de la 'Bacillus Cereus', una bacteria responsable del "síndrome del arroz frito", una intoxicación por alimentos comúnmente causada por dejar los platos de arroz frito a temperatura ambiente durante varias horas.
La intoxicación por 'Bacillus Cereus' es sorprendentemente común. De hecho, en 2003, una familia enfermó gravemente por una intoxicación alimentaria asociada a esta bacteria después de comer una ensalada de pasta que habían hecho hace ocho días durante un picnic.