50 segundos caminando por los pasillos de la sede de la OTAN en Bruselas o cómo expectativas desmedidas pueden jugar malas pasadas. La primera "conversación" -el lunes- entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha desatado las críticas e, incluso, la mofa de la oposición.
¿No merece España algo más?, le han preguntado en rueda de prensa al propio Sánchez. "No tengo cronómetro, era una primera toma de contacto", ha respondido; y ha definido al nuevo inquilino de la Casa Blanca como una "inspiración progresista".
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha asegurado que Sánchez sí tuvo tiempo de hablar con el estadounidense antes de la foto de familia, durante los 30 minutos en los que todos los líderes estuvieron solos y sin cámaras, según ha explicado a la cadena Ser.
¿Es real la controversia? Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano contesta a las preguntas de NIUS.
Pregunta: Se han criticado mucho esos 50 segundos. ¿Reflejan -como se ha dicho- una pérdida de peso de España?
Respuesta: "La relación bilateral con Estados Unidos es algo más que un encuentro o una llamada. Yo creo que se le da demasiada importancia. Es simbólico, sobre todo cuando es el presidente de Estados Unidos. Y es una relación asimétrica, es una superpotencia. Nosotros no somos una prioridad, pero tampoco una preocupación, no somos un problema. ¿Qué tiene que hacer España? Asomar la cabeza, entre todas esas potencias para hacer ver nuestros intereses en Washington.
P: ¿Cómo es la relación entre Estados Unidos y España?
R: Es una relación fluida, somos aliados, miembros de la OTAN y un país de la Unión Europea, para la que Estados Unidos es muy importante ahora para hacer frente a China. Y ahí está España. La relación tiene un potencial en el que deberíamos insistir.
Biden no está llamando con tanta velocidad como han hecho otros presidentes. A Benjamin Netanyahu (ex primer ministro israelí) le llamó con el conflicto de Gaza; no antes, e Israel es un país importante para Estados Unidos. El presidente les llama en función de las circunstancias. Este Gobierno tiene más afinidad con esta Administración que con la anterior y eso es importante.
P: Biden sí se reunió con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pero sobre la mesa están temas que le preocupan: Siria, Irán o la compra de sistemas de defensa rusos. Con el premier británico, Boris Johnson, la reunión bilateral se produjo días antes, el pasado sábado, antes de la cumbre del G7.
R: Con el italiano Mario Draghi, por ejemplo, no ha habido llamada telefónica. Con Portugal, tampoco. Sí es importante, pero no es lo que determina la relación bilateral. Este Gobierno tiene más afinidad con el de Biden que con el anterior. Somos miembros de la OTAN y de la UE y en esos foros España está.
P: ¿Estados Unidos, en cierto, modo contempla a la Unión Europea como un bloque?
R: Eso es verdad y nosotros hemos delegado parte de la relación bilateral -y sobre todo cuando ha habido problemas con la Administración exterior-, lo hemos llevado todo por los cauces multilaterales, por Bruselas. Por ejemplo, con el tema de los aranceles. Creo que desde hace tiempo, no solo este Gobierno, no se ha insistido tanto en la relación bilateral. Bruselas es una pata pero la otra es la bilateral, en la que hay que hacer más énfasis. Muchas veces nuestras prioridades tienen una red diferente que la de Bruselas. Por ejemplo, España y Estados Unidos pueden hablar, colaborar y avanzar mucho más con América Latina; un tema que no tiene tanta prioridad en la agenda europea.
P: ¿Se crearon demasiadas expectativas en ese primer encuentro?
R: Un nuevo presidente es una oportunidad. Biden es Atlantista, necesita a sus aliados europeos, lo ha dicho, para hacer frente a China. Eso nos favorece. Yo destacaría que España va a ser sede de la cumbre de la OTAN, el año que viene, en la que se va a aprobar el nuevo concepto estratégico y eso me parece una noticia estupenda que se venía persiguiendo. Por otro lado, Biden lleva cinco meses y todavía queda tiempo.
P: ¿Necesitaba España escenificar una aproximación a Estados Unidos por su frente abierto con Marruecos?
R: Fue a raíz de Marruecos cuando empezó la polémica sobre si Estados Unidos no se ha posicionado y ahí se fue arrastrando. hasta aquí. No lo sé. Quizá el Gobierno se ha visto arrastrado hacia esa foto con Biden y Sánchez para cerrar la polémica. Pero, insisto, la relación bilateral no consiste en una foto ni en una llamada es mucho más y más profundo.
P: ¿Qué es importante para una relación fluida entre España y Estados Unidos?
R: Lo importante es que haya encuentros de alto nivel, hablo de ministerios. Ese flujo está. No somos un problema. Somos socios, aliados y amigos. Desde España deberíamos insistir en reforzar las relación bilateral a parte del cauce multilateral. Para muchas empresas españolas Estados Unidos es una oportunidad y es un mercado brutal. Por otro lado, tenemos que insistir en nuestra importancia estratégica. En general, se debería tener una visión global y estratégica de nuestra relación con Estados Unidos y eso es algo que no se ha trabajado del todo.