Jamila Schäfer: “Los Verdes no hemos inventado la crisis climática”
La vicepresidenta responsable de temas internacionales de Los Verdes alemanes explica a NIUS las prioridades de su partido y por qué los ecologistas germanos se han convertido en la organización política de moda en el país de Angela Merkel.
Raro sería que, tras las próximas elecciones generales en Alemania, Los Verdes germanos no estuvieran en el Gobierno. Por eso conviene escuchar a Jamila Schäfer (Múnich, 1993). Ella es la vicepresidenta responsable de asuntos europeos e internacionales del partido ecologista alemán.
En esta entrevista con NIUS, esta responsable de Los Verdes despliega las ideas con las que su partido espera colocar a su candidata a canciller, Annalena Baerbock, en el despacho que hoy todavía ocupa Angela Merkel.
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Por ejemplo, Schäfer habla de la “transformación ecológica y social” que su formación quiere llevar a cabo en su país, de prioridades en política contra el cambio climático, de la necesidad de “una política fiscal permanente” para la UE y de una política exterior destinada a mejorar la cooperación de los veintisiete, especialmente en materia de refugiados.
Frente a los dramas que viven países en las fronteras exteriores del 'viejo continente', como España, la formación de Schäfer plantea “un sistema de cooperación reforzada”. Ella sabe que habrá países, como la Hungría de Viktor Orbán, que no querrán participar de una solución así, pero “hay países que quieren acoger refugiados y esos estados no deberían esperar más para hacer algo”.
Conviene saber que Los Verdes son el partido de moda en Alemania. Según las encuestas de intención de voto, en las elecciones generales del próximo 26 de septiembre, los ecologistas germanos serán el partido que más crezca. Hay encuestas que casi ven a Los Verdes multiplicando por tres el 8,9 % de los votos cosechados en la cita con las urnas de 2017.
La bonanza demoscópica de Los Verdes es tal que hay encuestas que dan la victoria a este partido de izquierdas. Los Verdes, tras poco más de cuarenta años de historia, han virado al centro. A estas alturas, los políticos ecologistas alemanes ya ocupan responsabilidades de gobierno en once Länder.
Lo hacen en coaliciones que incluyen a partidos de centro-izquierda e izquierdas, como el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) o Die Linke. Pero también en alianzas con partidos del centro-derecha, como la conservadora Unión Cristiano Demócrata (CDU) de Merkel y los liberales del FDP.
P: ¿Cómo explica que Los Verdes parezca que, según las encuestas, vayan a pasar de ser el partido más pequeño del Bundestag al más importante del Parlamento?
Hay muchos temas que afectan a la población en los que se pide acción y de los que nosotros llevamos mucho tiempo ocupándonos. De la protección del medioambiente, Los Verdes somos quienes empezamos a hablar de este tema políticamente en los años 80. O sea, hemos estado hablando de esto ya durante cuarenta años. Y este tema del medioambiente ha pasado a ocupar el lugar más importante de la agenda.
La gente se ha dado cuenta de que sólo tenemos un pequeño margen de maniobra para controlar la crisis climática. También se ha dado cuenta de los primeros efectos de esa crisis, concretamente con unos últimos veranos muy calurosos. Y como nosotros siempre hemos hablado de estas cosas, somos el partido más creíble frente a este problema.
P: ¿En qué otros temas se están apoyando Los Verdes en su actual auge?
Mucha gente necesita seguridad desde un punto de vista social, más infraestructura social y trabajos con perspectivas de futuro tras años de políticas poco ambiciosas y desalentadoras. En esto también somos el partido mejor posicionado para afrontar estas tareas de futuro. Y creo que ahí un tercer punto relacionado con los valores.
Nosotros condenamos los negocios privados con mascarillas, un problema que ha afectado a los conservadores alemanes. Éstos siempre han estado luchando en contra de establecer un eficaz registro de grupos de presión sobre parlamentarios. Aquí también queremos un cambio estructural. Además, tenemos muy buen personal. Con la candidatura a canciller de Annalena Baerbock, nuestros resultados en las encuestas de intención de voto han vuelto a crecer. Mucha gente espera una renovación en el poder del país y Annalena Baerbock representa eso.
P: Alude a los casos de políticos conservadores que han cobrado comisiones en ventas de mascarillas en la pandemia. También ha dimitido por un escándalo de supuesto plagio en su tesis doctoral la Ministra de Familia, la socialdemócrata Franziska Giffey. ¿Se aprovechan Los Verdes de que CDU y SPD hayan gobernado durante tanto tiempo?
Es difícil saber qué tema lleva al éxito en las encuestas. Pero creo que los casos de corrupción muestran que, en especial la CDU, lleva mucho tiempo en el poder. Y esto ha generado comportamientos problemáticos. Hay un estilo de hacer política que ha dado la impresión de poner por delante los intereses personales. Annalena Baerbock, como persona, tiene otro estilo de hacer política, con principios morales claros y con interés en el bienestar de la gente.
Esto se ha visto en Brandeburgo, cuando Baerbock era diputada regional, y luego en el Grupo Parlamentario de Los Verdes en el Bundestag. Ella siempre ha buscado negociar en situaciones de conflicto, como por ejemplo, cuidando de la gente que vive del carbón y que tienen miedo de las transformaciones ecológicas. Esta forma de hacer política de esforzarse y cuidar es algo que le falta a la política de la 'gran coalición'. Muchos han reconocido en la sociedad que Los Verdes tenemos esa pretensión de gobernar y de mirar a toda la sociedad.
P: En su partido hablan de querer llevar a cabo una “transformación ecológica y social”. ¿Qué quieren decir con esa expresión?
Quiere decir que queremos salir del carbón antes de lo que ha aceptado la 'gran coalición'. Queremos hacerlo, como tarde, en 2030. Significa que queremos hacer una transformación a nivel de la movilidad. Tenemos muchas medidas, incluyendo que a partir de 2030 queremos permitir sólo los nuevos registros de coches libres de emisiones. También queremos invertir en trenes, queremos crear una red de trenes nocturnos y también queremos evitar los desplazamientos cortos en avión. Respecto a la industria y otros sectores, tenemos que contribuir a que sean neutrales desde un punto de vista climático.
P: ¿Qué hace falta para que esa transformación tenga lugar?
Esto necesita inversiones, por ejemplo, en nuevas tecnologías, pero también en Europa, por eso queremos una nueva ley europea sobre suministros con unos estándares ambiciosos. Queremos utilizar la iniciativa europea para establecer estándares internacionales y apoyar el 'Green Deal Europeo' de manera que Europa sea neutral desde un punto de vista climático.
Pero, para todo esto, es importante que haya oportunidades de trabajo de futuro. Junto a la cuestión climática hay que responder a las cuestiones sociales. Por eso, nosotros queremos, con esa transformación ecológica, crear también puestos de trabajo de futuro. No oponemos la cuestión del clima al éxito de las empresas. Debemos tener éxito en las dos cosas.
Nuestra propuesta es que queremos crear un nivel de estándares ecológicos en el que todos puedan hacer negocios y donde lo social no pierda por motivos ecológicos. Esto, a través de soluciones y medidas políticas para establecer un nivel en el que las empresas puedan lograr sus objetivos, no sólo los que puedan pagar el precio de las emisiones.
Queremos que haya un marco legal en el que haya seguridad para las empresas a la hora hacer planes respecto a la neutralidad de emisiones. Porque las cosas han de cambiar. Los Verdes no hemos inventado la crisis climática. Pero somos los que claramente vemos la necesidad de actuar ahora y ofrecer soluciones. La cuestión está en si actuamos cuando la todavía crisis es controlable o si no hacemos nada y la siguiente generación tiene que vivir en un planeta sobre-calentado.
P: ¿Qué cambiaría en la política exterior de Alemania con Los Verdes en el gobierno respecto a China y Rusia, regímenes que proponen otro sistema al democrático para el mundo, según decía el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en la última Conferencia de Seguridad de Múnich
Para nosotros el punto de partida de una política exterior de Alemania es una Unión Europea fortalecida y capaz de negociar. Y queremos que los valores en los que se fundó la UE – los derechos humanos, la democracia y el estado de derecho – sean importantes tanto para dentro de Europa como para fuera. Para eso, hay que desarrollar una política exterior activa, pero siempre en sentido multilateral y guiada con valores coherentes.
En busca de soluciones comunes para desafíos urgentes como la neutralidad climática, queremos buscar socios, y la administración Biden es un socio. Pero también hace falta cooperación en Europa. Ahora mismo, hay una competición de sistemas, entre “democracia” y “autocracia” y, al final de este siglo, no queremos haber perdido esa competición. Pero esto también implica que la UE debe ganar credibilidad como poder de pacificación e implementar una política de doble vía, de diálogo y dura, en lo que respecta a actores como China y Rusia.
P: ¿Cómo cree usted que puede ganar la UE esa credibilidad?
Lo primero y más importante, necesitamos esforzarnos por conseguir una UE más unida en lo que respecta a la política exterior y de seguridad. Para eso, necesitamos reemplazar el principio de unanimidad por el de mayoría en las votaciones de la UE. Queremos usar el poder del mercado interior de la UE para marcar nuestros estándares de derechos humanos, sostenibilidad y el imperio de la ley en las relaciones internacionales. También queremos establecer a nivel europeo un mayor control en la exportación de armas de la UE, con reglas previsibles y consecuentes, para evitar así lo que pasa ahora, que hay países europeos que arman a países que están implicados en conflictos.
También queremos establecer un diálogo con la OTAN sobre un desarme nuclear, y dar pasos para reducir en el mundo las armas nucleares. Sabemos que es un camino difícil y duro, pero queremos iniciarlo. Un paso importante para la credibilidad de Europa también es dejar de perseguir intereses económicos antes que los derechos humanos. Ya hemos visto eso durante demasiado tiempo pese a que quienes toman las decisiones han sabido de la situación de la minoría uigur en China. Pero también tenemos que mirar de puertas para dentro en la UE.
P: ¿A qué se refiere?
Hay que ver las violaciones de los derechos humanos en las puertas de la UE. Este es un tema sobre el que Los Verdes decimos que tenemos, de una vez por todas, que arreglar las condiciones de los derechos humanos en las puertas de la UE, en lugar de aplazar el tomar medidas en ese sentido. Para los refugiados, hay que implementar un sistema basado en reglas, en el que se respeten las condiciones del estado de derecho y en el que los refugiados sean repartidos a nivel europeo.
Así evitaremos que este tema mine la credibilidad y la capacidad de negociación de la UE, tanto en su acción exterior como interior. En este tema queremos marcar diferencias con el actual Gobierno, que no ha hecho gran cosa para aligerar el trabajo que hacen los países que están en las fronteras de la UE.
P: ¿No fue una buena solución el acuerdo alcanzado con Turquía para frenar la crisis de los refugiados de 2015 y 2016? ¿Qué otra opción hay para evitar que países como Turquía o Marruecos instrumentalicen el tema de la inmigración?
Es verdad que las llegadas de los refugiados se han reducido. Pero Gerald Knaus, el artífice del acuerdo con Turquía, ha dicho que esa solución ha fracasado porque, como resultado del acuerdo, ahora vemos campamentos de refugiados en las islas griegas con condiciones miserables, como en Moria. Esto no es sólo un desastre a nivel de derechos humanos, también es un problema para la propia capacidad de negociación de la UE. Para nosotros es inaceptable el querer construir campamentos en condiciones tan malas que sirvan de disuasión para personas que huyen de conflictos armados. Este tipo de política no es moralmente aceptable. Lo que necesitamos es continuar con el apoyo a países como Turquía cuando cuidan de los refugiados.
He hablado con representantes locales en Grecia, Italia, Malta y España. Todos me dijeron que la clave es hacer una política común. Nuestra propuesta en Los Verdes es un sistema de cooperación reforzada en el que tomamos cuotas de refugiados de los estados en las fronteras de la UE y distribuimos entre los estados de la UE dispuestos a ocuparse de ellos. Esto eliminaría las violaciones de los derechos de los refugiados que hoy se están acumulando en territorio europeo. También queremos aumentar las capacidades de los países que están más allá de las fronteras de la UE y de los municipios europeos, para que no se queden solos en estas tareas.
P: Planes así, países como Hungría, no van aceptarlos.
Lo sabemos. Hay gobiernos como el de Viktor Orbán que no van a querer compartir su parte de responsabilidad ante los refugiados. Pero hay países que quieren acoger refugiados y esos estados no deberían esperar más para hacer algo. Y el Gobierno alemán podría hacer mucho más, aceptando‚ sobre una base de voluntariedad, la llegada de refugiados. Hay mucho margen de maniobra para la cooperación europea en esta materia.
P: ¿Falta en el debate sobre la inmigración en Europa el hecho de reconocer que Europa es un continente que envejece y que una de las soluciones para rejuvenecer nuestra población está en la inmigración? El envejecimiento de la población es algo especialmente importante para Alemania.
Es cierto. En Alemania tenemos una enorme falta de mano de obra cualificada. El problema es que hay refugiados cuya solicitud de asilo es rechazada, pese a que ya han empezado a aprender una profesión o tienen un buen trabajo y se les necesita en Alemania por su cualificación. Las empresas, por otro lado, tienen el problema de que necesitan encontrar trabajadores nuevos, porque no pueden retener los que han formado. Por eso queremos hacer posible que se pueda venir de forma segura y legal, e integrar el mercado laboral. Hacer esto es algo que es bueno para la economía, porque las empresas llevan pidiendo arreglar esto desde hace ya tiempo, y es bueno para la gente que estemos hablando de esto.
P: Los Verdes alemanes, en Europa, tienen fama de ser uno de los partidos más europeístas. ¿Qué quieren hacer Los Verdes para que Europa deje de ser, lo que se ha llamado “enano político” o hasta “gusano militar”?
Nuestro partido fue el primero que habló en Alemania de la necesidad de crear los 'corona-bonos', las deudas comunes en Europa. A esto el actual gobierno se resistió mucho. Pero, llegado un momento, fue algo que se acabó comprendiendo, porque está en juego la unidad de Europa. Alemania puede y debe ser un factor que dirija hacia la unidad entre los gobiernos europeos. Porque hay grandes desafíos internacionales y tenemos que estar unidos. Esto es algo que los Los Verdes queremos fortalecer.
Además, es muy importante que Europa construya una visión estratégica, que se concentre en su capacidad de negociación, y esto se puede hacer a través del desarrollo de la toma de decisiones, con más cooperación y mirar en qué temas se puede cooperar para obtener resultados. Porque sin resultados se llega a esa sensación de que Europa no puede gestionar problemas. Pienso que, a la hora de imponer y respetar sus propias reglas, en la UE debemos ser mejores.
P: ¿Qué papel debe jugar entonces la UE?
Yo pienso que en el actual contexto internacional de competición, es extremadamente importante que Europa sea el ancla de valores creíbles y del multilateralismo en el mundo. Además ha de trabajar codo con codo para los temas de futuro, junto a Estados Unidos y países con un ideas parecidas en Asia y Latinoamérica, por ejemplo, en el camino hacia una transformación ecológica y social. Yo veo a Europa como un ejemplo potencial en una exitosa transformación industrial y de trabajo multilateral. Además, la UE debe se capaz de llevar a mesas de negociación a diferentes partes que estén en conflicto. Esto es algo que la UE ha hecho poco, también por unos conflictos internos que tenemos que reducir.
P: Antes hablaba usted de cómo costaba en Alemania aceptar las deudas comunes europeas frente a los efectos de la pandemia. En la CDU, por ejemplo, esa medida es una excepción. ¿Lo es para los Verdes?
El fondo de reconstrucción europeo es un proyecto realmente importante, también para dar perspectivas a los jóvenes en los países del sur de Europa, para mostrar que Europa no es algo que roba perspectivas, sino que las ofrece. En Europa tenemos que estar juntos. Tenemos una moneda única, pero si la estabilización de esa moneda no la hacemos juntos, si nos dedicamos a enfrentar a unos países contra otros, esto llevará a otras crisis.
La UE necesita una política fiscal común permanente, no sólo como una excepción. Pero lo mismo que le estoy diciendo yo es algo que ahora están repitiendo economistas conservadores en el debate público. A los conservadores siempre les cuesta aceptar ideas progresistas. Si en unas futuras negociaciones por una coalición tenemos que negociar con los conservadores, le puedo prometer que las deudas y las inversiones estarán sobre la mesa.
P: Los Verdes hablan en su programa de notables subidas de impuestos. ¿Hablan esas ideas fiscales de la preferencia de Los Verdes a formar una eventual coalición con los socialdemócratas e izquierdistas de Die Linke
Nuestras propuestas fiscales son modestas. Pero el problema con los conservadores es que no quieren más deudas y se oponen también a subidas de impuestos. Sencillamente, no tienen ni idea de cómo superar las enormes diferencias presupuestarias que habrá después de la crisis. La CDU/CSU todavía no ha podido presentar su programa porque no puede ponerse de acuerdo en estos temas.
Las coaliciones dependerán de estos asuntos. Puede haber una coalición con el SPD y los liberales, también una coalición de izquierdas. La idea es ser capaz de negociar y tener una visión de futuro conjunta. Personalmente, me puedo imaginar mejor una coalición sin la CDU porque pienso que los conservadores están muy centrados en sus conflictos internos ahora mismo. Pero, al final, tenemos que esperar a los resultados del 26 de septiembre.