Un terremoto, interrumpe una rueda de prensa de la primera ministra de Nueva Zelanda. Con total normalidad, Jacinda Ardern, se agarra al podio, hace una breve pausa, y sigue hablando como si nada. Una reacción, imperdible. Lo siento, una ligera distracción, ¿Te importaría repetir la pregunta?". El terremoto de magnitud 5,6 en la escala de Richter se produjo este viernes en el territorio de Nueva Zelanda, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). El sismo fue registrado a las 21.58 UTC. El epicentro se ubicó a 62 kilómetros al este de la región de Taranaki. El foco del terremoto se localizó a 223 kilómetros de profundidad. De momento no se informa de posibles víctimas ni daños materiales.Nueva Zelanda se encuentra en la falla entre las placas tectónicas del Pacífico y Oceanía y registra unos 14.000 terremotos cada año. Entre 100 y 150 tienen la suficiente fuerza como para ser percibidos por los ciudadanos.
No es la primera vez que la primera ministra reacciona con calma ante un terremoto. Otro de magnitud 5,6 sacudió la Isla Norte de Nueva Zelanda el lunes 25 de mayo, pero no logró que la primera ministra, Jacinda Ardern, perdiera la compostura durante una entrevista en directo por televisión. La sacudida se sintió en Wellington, donde la jefa del Gobierno estaba siendo entrevistada en directo en un programa matinal desde un edificio del Parlamento diseñado para absorber las fuerzas sísmicas, balanceándose ligeramente sobre sus cimientos. "Tenemos aquí un terremoto, Ryan... Es una sacudida bastante decente", dijo Ardern, conocida por mantener la calma en momentos de crisis, al dirigirse al presentador del programa AM de Newshub. "Estamos bien, Ryan. Parece que estoy en un lugar con estructura segura", respondió la mandataria.
"Ardern es una mezcla de acero y amabilidad", la describió el diario británico The Guardian, uno de los muchos que ha destacado el liderazgo de la premier neozelandesa. Y no solo durante una pandemia en la que fue el primer país en anunciar que la había vencido. Ya en 2019 Ardern había recogido elogios por cómo manejó la peor masacre en la historia moderna de Nueva Zelanda: el tiroteo contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, que mató a 50 personas e hirió a decenas más. Presentó un proyecto de ley para endurecer la venta de armas y menos de un mes después de la masacre, logró que se prohibieran las armas de estilo militar que usó el atacante.
Tras la masacre de Christchurch, Ardern no solo mostró respeto y compasión, vistiendo un hiyab (o velo) para visitar y abrazarse con los sobrevivientes y familiares de las víctimas mortales del tiroteo, la mayoría de ellos musulmanes.
Cuando fue elegida primera ministra, en octubre de 2017, Ardern tenía 37 años. En ese momento se convirtió en la mujer más joven en liderar un Estado. Tras la elección de Sanna Marin, de 34 años, en Finlandia, ahora es la segunda líder femenina más joven. No solo eso. Su decisión de cerrar las fronteras y ordenar una cuarentena de cuatro semanas, cuando aún no se había registrado ninguna muerte a causa del covid-19, fueron clave, según los expertos, para enfrentarse al virus.
Pero la premier también fue elogiada por sus muchos gestos personales durante la pandemia. Mantuvo conversaciones con los ciudadanos a través de las redes sociales y decidió recortar los sueldos del gobierno en solidaridad con los afectados. Y para rematar su carismática presencia dio a luz siendo primera ministra.