Las familias judías pudieron volver a reunirse en Israel en torno a la mesa del "seder", la cena ritual que da inicio al Pésaj (Pascua) que no pudo celebrarse el año pasado por un toque de queda que limitó la considerada fiesta de la libertad.
Sin restricciones este año tras la exitosa campaña de vacunación, la cena ceremonial de hoy abre una semana festiva en Israel, que conmemora el éxodo desde Egipto cuando el pueblo judío escapó de la esclavitud.
"Y por supuesto me siento mucho más cómoda al reunirme con mis abuelos cuando todos ya están vacunados y no tener que estar preocupada por el virus", declaró a Efe la israelí Yuval Ungar, de 23 años, antes de trasladarse a la casa familiar.
El lavado de manos de manera ritual, el consumo de cuatro copas de vino y la lectura de la Hagadá, libro que recopila el relato bíblico del éxodo de los judíos, son parte de la tradicional cena.
Esta festividad se caracteriza porque gran parte de la población no consume productos hechos con harina leudada, incluyendo cerveza y pan.
En su lugar comen el "matzá", pan ázimo que rememora la apresurada salida de los judíos del Egipto faraónico, tras más de 200 como esclavos, por lo que no tuvieron tiempo de cocer sus panes.
Las familias, sobre todo religiosas, limpian minuciosamente las casas antes de la Pascua judía para dejarlas sin una mota de levadura y buena parte de los negocios locales también se vacían de productos leudados.
El año pasado el toque de queda y el cierre de ciudades para contener el coronavirus impidió que las familias se reunieran. Ahora, con más de la mitad de la población vacunada con las dos dosis y la pandemia controlada, Israel comenzó a celebrar al caer la tarde una de las festividades más importantes de la tradición judía.
Un tribunal israelí ha rechazado un recurso presentado por una educadora contra la decisión de un municipio israelí de vetar la contratación de personal no vacunado en colegios.
La decisión, que sienta jurisprudencia, considera que el derecho de la educadora a no vacunarse "se supedita al derecho y el deber de cuidar del bienestar de sus estudiantes" por considerarlo menos lesivo de los derechos constitucionales, según recoge el diario 'The Times of Israel'.
El tribunal de Tel Aviv ratifica igualmente la posibilidad de que los centros educativos pidan una prueba negativa de coronavirus a su personal.
En cualquier caso, el tribunal reconoce el derecho individual a no vacunarse contra su voluntad y subraya que la vacunación obligatoria supondría una violación de los derechos individuales.
La decisión choca directamente con la Fiscalía General, que el mes pasado informó a los municipios, que tienen las competencias de gestión escolar, de que no podían vetar a personal que no se haya vacunado o se haya realizado la prueba del coronavirus.
Israel es el país con una mayor tasa de vacunación contra el coronavirus del mundo con un 55,52 por ciento de primera dosis y un 48,65 por ciento de segunda dosis.