Reino Unido da una vuelta de tuerca a su política migratoria, europeos incluidos. Es un sistema por puntos que restringe la concesión de visados de trabajo a extranjeros poco cualificados, que no hablen inglés. Para los que cumplan estos requisitos tendrán que tener un contrato en mano, antes de llegar a territorio 'british'.
La nueva ley no afectará a los ciudadanos de la Unión Europea que ya están en territorio británico y han solicitado mantener sus derechos.
Con la ley abanderada por Boris Johnson y sus seguidores se acabó lo de ir a Londres a aprender en inglés con un trabajo de camarero en un restaurante de comida rápida o cualquier apaño de media jornada, como hemos hecho muchos jóvenes europeos durante años.
Eso sí, la nueva normativa migratoria, que entrará en vigor el 1 de enero de 2021, limita las restricciones a los investigadores y científicos sea cual sea su nacionalidad, incluso si aún no posean un contrato de trabajo.
El Gobierno británico usará un sistema de puntos para evaluar quién puede recibir el visado de trabajo para vivir en el país, a imagen y semejanza de Australia, que tiene una ley parecida. Para residir en Reino Unido los aspirantes tendrán que reunir al menos 70 puntos.
Los primeros 50 puntos se obtienen con los tres requisitos imprescindibles: Conocimiento del idioma inglés, ser un trabajador especializado y tener un contrato. El resto de puntos se obtienen dependiendo del sueldo del puesto de trabajo que vaya a ocupar el aspirante, la carencia de mano de obra en Reino Unido en el sector en el que vaya a trabajar, entre otros.