Una niña de 10 años de la ciudad de Corrientes en Argentina, que fue abusada sexualmente por la pareja de su madre y llevaba adelante una gestación forzada, ha tenido que asistir a un 'baby shower' que le celebró una iglesia evangélica para dar la bienvenida al bebé en camino y hacerle regalos.
Uno de sus tíos publicó las fotos en Facebook. La niña aparecia posando con una bañera de plástico celeste para bebés -ya sabían que era un varón- que le acaban de obsequiar, y con varias bolsas de regalos.
La pastora principal de la iglesia, confirma que le prepararon la celebración unos días antes de que viajara hasta la capital provincial, para internarse en el Hospital Neonatal Eloísa Torrente de Vidal, donde anoche le hicieron una cesárea. Según fuentes cercanas, la pequeña pintaba y miraba la televisión mientras se preparaba para parir.
La pastora cuenta que "el objetivo fue acompañarlas espiritualmente, a ella, a la madre, a la abuela", pero afirma que no las conocían antes de todo esto. "Seguimos sosteniendo que el que lo hizo tendrá que pagar sus consecuencias", dice la pastora sobre el autor de los abusos a Página 12.
El acusado es Horacio Insaurralde, de 31 años. Está preso. "Nunca jamás estamos de acuerdo con acontecimientos como estos. Soy una mujer también, tengo hijas y nietas", agrega, pero aclara que está "a favor de la vida". Del mismo modo, afirma que desde la iglesia no han dado ningún consejo a la familia.
El embarazo fue detectado cuando ya cursaba alrededor de 24 semanas de gestación. La abuela observó que le crecía la tripa y sospechó que podía estar embarazada. La niña entonces contó que la había sido abusada. La madre fue quien lo denunció.
En el hospital, donde fueron acompañadas por la policía, la médica que atendió a la niña y confirmó la gestación en curso, ofreció que se la sometiera a una interrupción legal de embarazo. Pero cuando empezó a explicar cómo sería el procedimiento, la niña se asustó, se puso a llorar y dijo que prefería tener el bebé.
La madre quiso que la viera la pediatra que la atendía regularmente, una persona muy católica, que hace trabajo social en la zona y atiende en un consultorio privado. La madre le contó a Ester Dotro, trabajadora social e integrante de la Colectiva Feminista local, que la pediatra le dijo que era sumamente riesgoso hacerle un aborto, más riesgoso que continuar con el embarazo.
Aunque la trabajadora social les explicó que la niña tenía derecho a interrumpirlo, la gestación siguió adelante. Finalmente, la cesárea que había sido programada para este jueves, se adelantó: el bebé nació en la madrugada de hoy.