Italia sigue sin sustituto para Mattarella en el día cuatro del Quirinal

  • La llamada inesperada a Berlusconi que puede desbloquear la situación

  • El nombre de la jefa de los servicios secretos como posible Presidenta

  • La vuelta del nombre de Draghi al tablero lo acerca a la presidencia

El agua pasada sí mueve molinos si del hombre del BCE se trata. Y más si esa misma mañana decide llamar a Berlusconi, ingresado desde el fin de semana, para desearle una pronta recuperación. El líder de Forza Italia había sido siempre una piedra en el camino de Draghi al Quirinal, por su propuesta fallida y por la amenazada de il cavalliere de abandonar el Gobierno si así fuese.

Pero lo que parecía una llamada de compromiso, esconde, dicen los corrillos políticos, un gesto de tranquilidad que podría desencallar la situación. Un acercamiento significativo. Un histórico periodista italiano confiesa a media tarde que es la primera vez que el nombre del actual primer ministro circula con serias posibilidades. Pero, aún así, falta un sustituto para sucederlo como primer ministro, y esa batalla parece sin negociar en estos momentos.

Matteo Renzi salía tras el voto y repetía una vez más, con tono severo, que se habían acabado “las niñerías, es indecoroso lanzar nombres y quemarlos”. El jueves fue el día de los encuentros pesados, de las luchas y las reuniones de los partidos. Aún a las once de la noche se desarrollaba un enésimo encuentro del centro derecha, con Salvini que pensaba en ofrecer nuevos nombres.

Es la gran crítica del bloque de centro izquierda, que se esfuerza aún por un nombre de consenso y critica que la derecha siga ofreciendo nombres y nombres de gente afín que acaban “quemados” y que ralentizan una solución. Salvini, ante la falta de Berlusconi en la capital, se enfrenta a Giorgia Meloni y coge el timón de la coalición. Tanto es el movimiento que se está produciendo entre los tres de derechas que el jueves el mandato general era abstenerse del voto, para tener atados a los que estaban ignorando la lógica de partido.

Tras estas cuatro fumatas negras el tiempo apremia, los italianos no verían con buenos ojos que este viernes no saliese un nuevo Presidente y hubiese que votar o el fin de semana o el lunes. Sería un fracaso de la política. Se plantea aún si la quinta jornada tendrá un voto por la mañana y otro por la tarde, otro periodista italiano advierte que si fuese así, podría ser una señal de que existe un nombre secreto con todos los números. La primera votación sería un ensayo y la segunda sería exitosa. Italia es un paciente que busca, empieza a hacerlo desesperadamente, la fórmula de su cura.