Hong Kong acudió este domingo a las urnas en medio de un hartazgo generalizado y lo ha hecho para dar un apoyo masivo a los partidos prodemocracia. Las elecciones distritales, tradicionalmente irrelevantes, habían adquirido en esta ocasión un cariz de referéndum tras meses de protestas contra la influencia del Gobierno chino en la región y en favor de una mayor democracia que han dejado violentos enfrentamientos en las calles.
Los partidos opositores han conseguido la mayoría en 17 de los 18 distritos de la ciudad, hasta este domingo en manos todos de partidos pro-China. De los 452 puestos en liza, los pandemocráticos se han hecho con 347, los proestablishment retienen 60 y los candidatos independientes ascienden a 45.
Hasta ahora, los partidos favorables al Gobierno chino contaban con una holgada mayoría de 292 asientos frente a los 116 de los grupos prodemocracia y 23 independientes. Hay que remontarse a las elecciones locales de 2003 para encontrar otro triunfo pandemócrata.
La ola prodemocracia se ha llevado por delante a históricos representantes pro-Pekín, como el polémico Junius Ho, que han perdido sus asientos, muchos de ellos en favor de jóvenes salidos de los movimientos de protesta.
Este año, por primera vez, los partidos prodemocráticos se postulaban para todos los puestos. El barrido de consejeros del establishment ha dejado a sus partidos en shock y ha llegado incluso a los barrios con mayor inmigración de la parte continental de China, considerados feudos del Gobierno.
Casi tres millones de personas han votado en estos comicios y la participación, del 71,2% de los 4,1 millones de votantes registrados, ha sido la más alta de la historia del territorio, superando el récord previo de las elecciones legislativas de 2016 y sobrepasando en más de 20 puntos la de las anteriores votaciones de distrito de 2015, en las que votó el 47% de los inscritos.
Desde primera hora de la mañana los centros de votación registraron largas colas en diversos puntos de la ciudad. Muchos ciudadanos quisieron madrugar para depositar su voto, entre rumores que hablaban de una posible cancelación de los comicios a media mañana si se registraban episodios violentos, según el diario hongkonés South China Morning Post.
Tras el cierre de los centros electorales, muchos hongkoneses se acercaron de nuevo a los colegios para asegurar la limpieza del recuento.
El poder de los consejeros de distrito es escaso y tienen un papel casi exclusivamente consultivo, pero son los únicos cargos elegidos de forma totalmente democrática en el territorio, de ahí la importancia del mensaje que dejan los resultados.
El masivo apoyo a los partidos prodemocracia da un fuerte impulso al movimiento de protesta que lleva desde junio en las calles y que ahora se ve legitimado por los votos. Los manifestantes exigen el cumplimiento de cinco demandas:
El principio de “Un país, dos sistemas” otorga a Hong Kong derechos y libertades especiales hasta 2047, a pesar de formar parte de China desde 1997. La Ley Básica del territorio -similar a una constitución- garantiza el derecho a desarrollar un sistema democrático, pero muchos ciudadanos hongkoneses creen que esto no se ha cumplido y ven con preocupación el creciente poder de Pekín en la región.
La victoria opositora supone un duro golpe para la actual jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, bendecida por el Gobierno chino y que cuenta con una bajísima valoración ciudadana por su propuesta de Ley de Extradición y por su gestión de las protestas.
Además, estas elecciones rebaten la existencia de esa “mayoría silenciosa” hongkonesa que Pekín asegura tener de su parte y que algunos esperaban que se hiciera patente este domingo por el hartazgo del caos en las calles.
La arrolladora victoria de los partidos opositores, aunque poco efectiva en términos prácticos, sí les hará ganar influencia. Hong Kong no cuenta con sufragio universal para la elección del jefe ejecutivo -similar a un presidente-, que es elegido mediante un proceso en el que participa exclusivamente un comité de 1200 personas pertenecientes principalmente a los sectores económicos y profesionales de la ciudad, en su mayoría pro-Pekín.
Los grupos prodemocracia se harán ahora con los 117 puestos correspondientes a los consejeros de distrito en el comité de elección, que estaban en manos de partidos proestablishment. Estos votos, unidos a otros apoyos pandemocráticos dentro de dicho comité, podrían forzar la colocación de un candidato propio en el próximo proceso de elección, en 2022.
La calma reinó durante toda la jornada electoral, algo inusual en una ciudad acostumbrada ya a los choques diarios entre policía antidisturbios y manifestantes tras medio año de violencia en las calles. Las protestas dieron un respiro este domingo incluso en los puntos calientes del territorio.
El Gobierno hongkonés había amenazado en los últimos días con posponer las elecciones distritales de continuar las protestas violentas en las calles. Los duros enfrentamientos entre policía y manifestantes afectaron de lleno a la campaña. Varios candidatos prodemocráticos fueron agredidos -uno de ellos acabó con parte de una oreja arrancada de un mordisco- y un consejero pro-China fue apuñalado.
Esta ha sido la primera vez que la policía antidisturbios ha vigilado los centros electorales, aunque su presencia fue discreta.