Secuestra, golpea y abusa de menores en un coche y es condenado a 13 años de cárcel en Nueva Zelanda
El hombre encerraba, golpeaba y abusaba sexualmente de los menores en un coche en Nueva Zelanda
El Tribunal de Distrito de Christchurch en Nueva Zelanda lo condena a 13 años de cárcel
Un niño colapsó al estar cuatro días y cuatro noches encerrado en el coche sin comer
La terrible historia de Riki Ross Kake pone los pelos de punta. El Tribunal de Distrito de Christchurch en Nueva Zelanda le ha condenado a 13 años de cárcel tras haber reconocido hasta 28 delitos cometidos con menores de edad, y admitir que los encerraba, golpeaba y abusaba de ellos en el coche. El condenado se disculpó con las víctimas antes de entrar en prisión: “Lo siento, viviré con esto por el resto de mi vida”.
Riki Ross Kake, un ‘monstruo’ de 40 años, cumplirá 13 años de condena en la cárcel tras haber reconocido los delitos de secuestro, agresión e intento de violación con un menor de 16 años. Otro de los delitos admitidos fue el intento de violación y amenaza de muerte de un niño menor de 12 años. Kake ‘culpaba’ al niño por “cualquier desaire que ocurriera” y manipulaba al niño diciéndole que no se lo podía contar a los demás.
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Este hombre de 40 años secuestraba habitualmente a los niños en el interior del coche como “castigo" cuando estaba enfadado. A uno de los niños le ordenó a estar un día en el coche sin comida y lo atacó cuando intentó escapar. A los cuatro días, el joven colapsó porque estuvo retenido cuatro días y cuatro noches sin comer.
El condenado pide disculpas a las víctimas: "Viviré siempre con ello"
Tres de sus seis víctimas testificaron ante el juez y recordaron el horror que habían sufrido con Riki Ross Kake. Uno de los niños manifestó que lo peor de todo no era el daño físico que les había producido en el coche, lo peor eran las secuelas mentales que le habían quedado. “Las cicatrices que me dejaste no me preocupan, lo que va a quedar en el tiempo es el daño emocional”, dijo una de las víctimas.
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El comportamiento de Kake se prolongó durante muchos años y aunque el fiscal, Pip Currie, había solicitado 24 años de prisión, solo cumplirá 13 por todos sus delitos. La abogada del acusado, Serina Bailey, consiguió rebajar la condena y explicó que su cliente estaba arrepentido y “muy avergonzado”.
El propio Riki Ross Kake habló ante el juez y mostró su arrepentimiento de todo lo que había hecho: “Lo siento, viviré con esto el resto de mi vida”. El juez Brian Callaghan estimó que había causado un daño emocional y psicológico irreparable.