Paola Schietekat Sedas, antropóloga y economista mexicana, ha denunciado, a través de Twitter, los abusos sexuales que sufrió en Qatar, por parte de un compañero.
La joven trabajaba como economista en Doha, para el Comité Organizador del Mundial de Fútbol, que comenzará en el próximo 21 de noviembre. Los hechos ocurrieron el pasado mes de junio. Mientras dormía en su habitación, un compañero, al que consideraba amigo, se metió en su cama y la violó. "Después de un forcejeo breve, pues su fuerza sobrepasaba la mía, terminé en el piso. Horas después, me salieron moretones en todo el brazo izquierdo, el hombro y la espalda. Mantuve la cabeza fría: le avisé a mi mamá, a un colega del trabajo y documenté todo con fotos, para que mi memoria, en un intento de autoprotección, no minimizara los eventos o borrara por completo parte de ellos", detalla Paola.
Unos hechos que ahora se atreve a escribir y publicar, pero que entonces se atrevió a denunciar. La joven acudió al médico -para demostrar la agresión- y fue a la policía de inmediato, junto con el cónsul de México en Qatar, Luis Ancona. Su intención, por supuesto, era que el crimen no quedara impune y que el agresor no volviera a cometer algo semejante, según Russia Today.
Pero, tras la denuncia, algo cambió. La policía no creía su versión, pues el agresor aseguraba que eran novios y que las relaciones habían sido consentidas.
Una vez descartada la violación, esta vez, la policía veía un grave delito, pero contra Paola. Pues en Qatar están prohibidas las relaciones extramatrimoniales. De esta manera, la sentencia final dejó libre de cargas al agresor y le impuso a ella una pena de 100 latigazos y siete años de prisión: culpable de haber tenido una relación extramarital. Una dura condena, ante la cual su propio abogado le recomendó que se casara con agresor para librarse de ella.
Con la ayuda del Comité Organizador del Mundial y de Human Rights Watch, logró del 25 de junio y volver a México. No ha recibido ayuda de nadie, pero al menos se encuentra libre para vivir y contar -y denunciar públicamente- lo que sufrió.