A sangre fría, sin que les importase que fueran civiles y sin permitirles huir del horror que ellos mismos han establecido. Las tropas rusas asesinaron sin piedad a tres miembros de una familia ucraniana, dos hijos y una madre, mientras trataban de escapar de la violencia del invasor cruzando un puente sobre el río Irpin. Un ataque premeditado, según algunos periodistas y testigos. Junto a ellos, huía un amigo de la familia, que resultó herido de gravedad, pero que pudo ser evacuado por soldados de Ucrania.
Las imágenes de los tres cadáveres tendidos sobre el suelo, junto a su maleta, la única que quedó en pie, dio la vuelta al mundo, para mostrar la crueldad de las tropas rusa sobre el pueblo ucraniano. Hoy, se conocen sus identidades: los dos hijos eran Miketa, de 18 años, y Alisa, de 9. Su madre era Tatyana Perebeynis, de 43 años.
Tras el ataque, los dos hijos murieron en el acto. Tatyana mantuvo el pulso durante unos instantes, pero estaba inconsciente y falleció poco después. Sus arterias inguinales estaban sesgadas. En su huida llevan consigo las pocas pertenencias que cabían en la maleta, que quedó en pie, y a uno de los perros de la familia, al cual llevaban en trasportín. El animal sobrevivió y fue trasladado a una clínica veterinaria, donde más tarde también falleció.
Las impactantes imágenes del ataque llegaron hasta familiares de Tatyana y sus hijos, los mismos con los que esperaban reunirse tras salir de Irpin. Según informa ABC, no era la primera que esta familia huía del asedio ruso a Ucrania. Años atrás, habían salido de Donetsk, tras la primera invasión rusa de Donbass en 2014. Buscaron una nueva vida más alejados de Rusia, pero el fuego enemigo finalmente acabó con sus vidas.
El padre de familia, Sergey Perebyinis, que no pudo viajar con ellos porque tuvo que quedarse atrás para cuidar a su madre enferma publicó un emotivo mensaje de despedida en Facebook: "Se los llevaron a todos. Tanya no sobrevivió. ¿Qué sigue? Perdóname, no os protegí".