Gregor Voht: “En Alemania hay un estancamiento de reformas”
Los Electores Libres tienen en Gregor Voht a su vicepresidente, quien explica a NIUS cómo su partido, tradicionalmente centrado en la política local, aspira ahora a entrar en el Bundestag.
Puede que ni Gregor Voht (Lubeca, 1990) ni nadie en su partido pensara hace unos años que su formación, Los Electores Libres, podría llegar al Bundestag. Este partido, del que el joven Voht es vicepresidente, aspira a superar la barrera del 5% de los votos en las próximas elecciones generales alemanas. Si lo logran, los Electores Libres estarán representados en el Parlamento.
Dice Voht que su partido plantea una oferta política centrista que en anteriores citas con las urnas ha interesado a gente que antes pudo votar a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel, al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), a Los Verdes y a los liberales del FDP.
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De los Electores Libres se dice, sin embargo, que es un partido “ecléctico” y “antiestablishment”. Hace poco, su líder Hubertus Aiwanger, fue objeto de todo tipo de críticas por decir que no se iba a vacunar contra la COVID-19 hasta que no tuviera “sentido” para él.
En esta entrevista con NIUS, el joven Voht trata de defender a su líder y de persuadir de lo “lógico” que resulta que su partido, que no nació en los años 50 para conquistar la alta política alemana, ahora quiera entrar en la Cámara Baja. Tradicionalmente, los militantes y políticos de los Electores Libres han estado centrados en la política local, representando a la población de pequeñas localidades y municipios.
Sin embargo, beneficiándose, entre otras cosas, de la paulatina fragmentación de la política alemana, los Electores Libres han ido dando saltos en política. Por eso ya están presentes en más de un parlamento regional alemán, en el Gobierno de Baviera y hasta en la Eurocámara, donde cuenta con dos escaños.
De cara a las elecciones generales del 26 de septiembre, la idea de Voht y compañía es impregnar la política alemana de la experiencia quienes hacen política desde los estratos más bajos de la administración pública. “Como políticos locales, vemos que hay muchos problemas que no se tratan en su raíz”, dice Voht. “Es lógico querer participar del debate político allí donde se hacen las leyes”, añade, aludiendo al Bundestag.
P: En las encuestas de intención de voto para las elecciones generales ha empezado a aparecer el apoyo atribuido a los Electores Libres. En los comicios de 2017, su partido logró un 2%. Ahora quieren superar el 5%. ¿Qué ha cambiado políticamente para que tengan esa aspiración?
Es una evolución lógica. Nos hemos hecho más fuertes en los Länder. Por ejemplo, ahora estamos presentes en el Land de Brandeburgo, y también desde hace poco en el de Renania-Palatinado. Esto nos ha fortalecido a nivel nacional.
P: Su partido reivindica ser una formación de acción política local. ¿Es de verdad lógico querer participar en las elecciones al Bundestag
Desde hace décadas que nos hemos limitado a la acción política local. Pero desde 2008 empezamos a estar representados en los parlamentos regionales. Además, también hemos participado en las elecciones europeas, y tenemos dos eurodiputados. Todo esto es posible porque, como políticos locales, vemos que hay muchos problemas que no se tratan en su raíz. Es muy difícil, en un sistema federal como el nuestro, que el nivel local de la política esté bien financiado. Las posibilidades financieras del nivel local se han reducido mucho en las últimas décadas. Por eso creemos que es lógico querer participar del debate político allí donde se hacen las leyes con nuestra perspectiva local.
Somos un partido centrado en lo regional, una perspectiva que creemos importante llevar al Parlamento.
P: ¿Puede ponerme un ejemplo de los problemas de los que habla?
Hay muchos ejemplos. Mire los resultados de las inundaciones de julio. Eso ha traído el tema de la protección ante catástrofes naturales al debate público. Nosotros, como políticos locales, los del nivel más bajo de la política, nos enfrentamos a las responsabilidades que esas amenazas implican. Y desde hace años nos quejamos de que la preparación es escasa, de que no hay centros dedicados a la protección contra catástrofes. Por nuestra práctica política, nos parece que está claro desde hace tiempo que necesitamos un mejor marco para hacer frente a estos desafíos.
Lo mismo pasa con la integración de refugiados. En la crisis de 2015, las ciudades, municipios y localidades realizaron un increíble esfuerzo en el tema de integración. Pero aquí la financiación que llegaba desde el Gobierno federal era insuficiente o llegaba tarde o no llegaba. Fue una situación muy problemática en la que la gente que estaba sobre el terreno tenía claro que el marco establecido a nivel federal para lidiar con este problema no era el mejor para que la integración fuera un éxito.
P: Ustedes quieren representar en la política nacional las instituciones que en la jerarquía de la administración se encuentran más abajo. ¿Pero no están ya esas instituciones lideradas por políticos de partidos responsables de los niveles más altos de la administración, ya sea, por ejemplo, la CDU o el SPD?
Sí, en las grandes ciudades, puede que sí. Pero en los municipios y pueblos no tanto. A menudo, la gente implicada a nivel municipal en la política, vengan del SPD o de dónde sea, son políticos profesionales. Y tienen poca experiencia en la gestión de las cosas de los ayuntamientos. En los grandes partidos hay un problema de personal porque hay poca experiencia en la gestión municipal. Además, esos políticos profesionales quieren hacer carrera. Es una situación problemática. Además, hay una tendencia centralista en la política en Alemania. Parece que todo tiene que resolverse a nivel federal. Nosotros somos un partido centrado en lo regional, una perspectiva que creemos importante llevar al Parlamento.
P: Su partido, ideológicamente, plantea problemas a la hora de identificarlo. Los hay que dicen que no son ni de izquierdas ni de derechas. ¿Dónde lo situaría usted?
Nosotros hemos aprobado un programa político que lleva por título “El poder del centro”. Queremos hacer una política centrista. Esto tiene que ver con que en nuestro partido, por nuestra experiencia del día a día, no somos grandes ideólogos. Lo que queremos es resolver problemas donde los hay y no tener nada que ver con los extremos, sean de derechas o de izquierdas.
P: Entonces su principal rival en estas elecciones es el partido de los liberales, el FDP.
Nuestros competidores son muchos. Basta mirar de dónde vienen nuestros votantes en las elecciones regionales en las que hemos participado. Hay gente que antes votó al SPD, también a la CDU y una parte pequeña que votó por Los Verdes o el FDP. Con el FDP tenemos una relación especial porque, en el Parlamento Europeo, participamos junto a sus políticos en el Grupo Renew Europe [sucesor de lo que anteriormente se llamó Grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), ndlr.]. Tenemos muchos parecidos con el FDP en lo que respecta a cómo vemos los derechos y libertades de los ciudadanos. Pero es verdad que el FDP desde hace años defiende la privatización en sectores, por ejemplo, como la recogida de basuras y nosotros no queremos eso. Pensamos que hace falta un estado capaz de gestionar sectores como ese.
P: En cuestiones de asilo político, ustedes defienden un sistema restrictivo, y apuestan por una política de inmigración a la canadiense, donde se da la bienvenida a personas con formación de fácil integración en el mercado laboral, como el FDP.
Tiene que haber reglas caras para la inmigración y para diferenciar quién necesita asilo y quién no. Cuando alguien necesita ayuda, no hay duda de que se puede venir a Alemania. Pero luego está la cuestión de quien comete delitos en Alemania, por ejemplo, delitos violentos. Ante esto nosotros decimos que el Estado debe actuar de forma consecuente. También queremos hacer posible que haya centros para que los inmigrantes no caigan en manos de los traficantes de personas.
Tiene que haber reglas caras para la inmigración y para diferenciar quién necesita asilo y quién no.
Pero hay que diferenciar quién viene porque necesita ayuda y quién viene por motivos económicos. En la política de asilo alemana ha sido un problema que se han mezclado ambos colectivos y hablamos de dos realidades distintas. Una cosa es proteger al que viene porque es perseguido o por una guerra y otra es quién está capacitado o no para integrarse en el mercado laboral.
P: De su partido se dice también que es un partido 'antiestablishment'. El último partido que entró en el Bundestag
No comparto esa descripción que se hace de nuestro partido. Por ahora, está claro que no formamos parte de lo que se conoce como el 'Berlín político'. Por eso somos interesantes para quienes no se sienten representados con lo que hay representado por ahora en el Bundestag. No tenemos nada que ver con AfD porque todos nuestros candidatos ya llevan décadas trabajando en política local.
Nos preguntamos cómo hay que lidiar con la gente que aún no se ha vacunado. A saber, ¿Con presión o con más explicaciones? Nosotros no queremos presionar.
Lo que ha pasado con AfD, que se ha radicalizado muy rápido, ha ocurrido porque han dejado entrar en el partido a mucha gente sin experiencia política, y eso ha facilitado que hayan integrado a extremistas de derechas. En AfD ha habido también radicalización porque al frente han tenido a políticos aficionados que han permitido que eso pase. En nuestro partido, funcionamos de otra manera. Cuando hay gente así que trata de hacer lo que han hecho en AfD, muy rápido los filtramos y los sacamos porque no queremos tenerlos a bordo.
P: Pero Hubertus Aiwanger, líder de su partido, vicepresidente de Baviera y ministro de Economía allí, ha hecho que se arrincone a su partido cuando dijo aquello que se vacunaría cuando “tuviera sentido” para él. Eso suena 'antiestablishment'.
Lo que pasó es que en una rueda de prensa se hizo público que él no estaba vacunado. Luego tuvo que explicarse. Y bueno, a lo mejor no se explicó de manera convincente. Pero eso no quita que nuestro partido no llame la atención sobre lo importante que es vacunarse, porque de eso depende el volver a tener libertades y que haya más normalidad. No creo que lo ocurrido tenga que ver con que defendamos posiciones extremistas, sino que nos preguntamos cómo hay que lidiar con la gente que aún no se ha vacunado. A saber, ¿Con presión o con más explicaciones?. Ahora, los políticos en Berlín están actuando con la presión. Nosotros no queremos presionar, sino queremos ser capaces de persuadir.
Llevamos 16 años de Angela Merkel en el poder. Tras ese tiempo, hay una voluntad de cambio en la política.
P: Su partido logró un buen 11% en las últimas elecciones regionales de Baviera. ¿Es Baviera una excepción?
Somos más fuertes en Baviera que en otras partes. Ahora, en las encuestas para las elecciones generales, estamos fortalecidos. Esto tiene que ver también con que Baviera es un Land muy poblado. Y también con que formar parte del Gobierno en Baviera nos beneficia políticamente. Pero nuestro objetivo no es lograr un 11% en las elecciones generales, sino superar el 5% para poder entrar en el Bundestag.
P: En Baviera, la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) se ha debilitado en favor de su partido. Por todas partes, en Alemania, los conservadores están debilitados
Algo de eso hay. Llevamos 16 años de Angela Merkel en el poder. Tras ese tiempo, hay una voluntad de cambio en la política. Está claro que seguir con la política actual no es algo que quiera la gente. Ante estas elecciones generales, la CDU está muy debilitada. Nosotros nos aprovechamos de esto porque hacemos una oferta, desde el centro político, que interesa a los electores de la CDU. También estamos muy centrados en temas de futuro, y llevamos una mirada innovadora.
Por ejemplo, ante el cambio climático, queremos apoyarnos en las tecnologías de vapor de agua [como los vehículos de hidrógeno, ndlr.], no queremos desindustrializar el país para proteger el medio ambiente. Por otro lado, a la CDU ha tenido que obligarla el Tribunal Constitucional a ocuparse más y mejor de la política ante el cambio climático. A nosotros no nos han tenido que obligar. Algo parecido pasa con las jubilaciones, un tema que a nosotros nos preocupa pero ante el que en la CDU dicen que todo va bien cuando no es así.
P: Me da la impresión de que hace usted un mal balance de los años de Angela Merkel en el poder.
Es un balance contrastado. Por un lado, Merkel ha mantenido una gran popularidad. Por otro lado, hay temas en los que no ha pasado nada. Nuevas políticas ideas o perspectivas se han evitado. Hay un estancamiento de reformas. Se han dejado de lado llevar a cabo reformas porque Angela Merkel no quería correr riesgos. Porque las reformas y los cambios suponen riesgo político. Ahora hay mucha presión para que haya cambio.
Por ejemplo, nosotros siempre dijimos que, en Afganistán, había que tener un horizonte en el que se analizaran opciones cuando no estemos ahí. Pero esto no se debatió realmente y ahora vemos lo que eso ha traído consigo. Lo que pasa en Afganistán no era algo impensable. No era impensable que la misión de los estadounidenses allí no estaba consiguiendo generar perspectivas de futuro para los afganos.