La cámara frena los planes de Boris Johnson y el primer ministro británico amenaza con la convocatoria de elecciones anticipadas, aunque sabe que ya ni eso depende solo de él. El revés al premier británico salió adelante gracias a la rebelión de 21 diputados conservadores a los que ya ha expulsado del partido. Hoy será la votación definitiva sobre el Brexit sin acuerdo.
Golpe al Brexit duro de Boris Johnson en el parlamento británico. La partida de ajedrez es apasionante, con vuelcos a cada minuto. Esta vez es el Parlamento británico el que tiene acorralado al primer ministro Boris Johnson. Con la ayuda de 21 diputados conservadores rebeldes, que ya han sido expulsados del partido. Se han unido a la oposición para aprobar en tiempo récord una ley que prorrogue la salida de la Unión Europea hasta enero y evite un Brexit sin acuerdo.
La jugada le ha dolido al Gobierno, que había intentado frenarla cerrando el Parlamento a partir de la semana que viene. Es tan evidente su frustración que hay incluso documento gráfico: la imagen del jefe de filas conservador en los Comunes, el furibundo defensor del Brexit, Jacob Rees Mogg, que despatarrado en su asiento, aburrido, decía, de la sesión. Un gesto que le ha afeado toda la oposición y que ha dado la vuelta al mundo.
La única forma que tiene Boris Johnson de revertir el jaque es la convocatoria inmediata de elecciones. Pero no es una jugada que dependa de él, necesita el apoyo de los laboristas. Y, cosas de la política, Jeremy Corbyn -el hombre que lleva años pidiendo ir a las urnas- ahora mismo no quiere. Sabe que Boris Johnson posiblemente las ganaría y su prioridad es asegurarse antes de que se apruebe por ley la prórroga del Brexit.