Dos presos de esta cárcel de Tailandia acaban de llegar de un juicio. Todavía esposados, entran a esta sala y uno de ellos de repente saca un arma. Empieza así una fuga extremadamente violenta.
La pareja se enfrenta a los guardias. Tras un fuerte forcejeo, los presos reducen a un funcionario y le hieren quedando en el suelo.
Siguen su recorrido hasta la puerta y aquí de nuevo apuntan a otra persona. Segundos después, se une a la fuga otro preso. Entre los tres, roban las llaves y salen corriendo al exterior.
Son el estadounidense Bart Hallen y la tailandesa Sirinapha Wisetrit. Ambos fueron arrestados el pasado julio por tráfico de drogas. Se enfrentaban a una condena de pena de muerte.
Su libertad duro 2 días. Fueron encontrados en un campo cerca de la frontera de Camboya. Él estaba inconsciente y ella herida. Momentos antes de su detención, se habían pegado un tiro en la cabeza.
Hallen murió horas después en el hospital mientras que su novia sobrevivió. Ahora, ella vuelve a estar arrestada. Junto a ella, una joven de 20 años que les había ayudado.