El calor no acabó como muchos esperaban con el coronavirus. Era lo que pensaba el presidente de EEUU, Donald Trump, ahora contagiado y muchos expertos que confiaban en que fuera una remedio para acabar con él. No fue así y el virus ha seguido aumentando. El número de casos supera los 35 millones y el de muertos más de un millón. Pero lo que parece evidente es que el frío puede revitalizarlo. Así parece estar ocurriendo ya en nueve estados de EE. UU donde se han producido aumentos récord en los casos de coronavirus en los últimos siete días, principalmente en la parte superior del Medio Oeste y el Oeste.
Solo el sábado, cuatro estados, Kentucky, Minnesota, Montana y Wisconsin, registraron aumentos récord en nuevos casos y a nivel nacional se informaron casi 49.000 nuevas infecciones, la más alta para un sábado en siete semanas, según un análisis de Reuters. Kansas, Nebraska, New Hampshire, Dakota del Sur y Wyoming también establecieron nuevos récords de casos la semana pasada.
La realidad es que el temor al frío es evidente entre la comunidad científica porque si la segunda ola se ha disparado con el calor, ahora con el frío las personas suelen elegir más lugares cerrados, pasan menos tiempo al aire libre y ventilan menos los ambientes, lo que aumenta el riesgo de propagación del coronavirus.
A esto se le suma que el modo de contagio del coronavirus es a través de microgotas que una persona contagiada expulsa por la boca y la nariz. En el invierno, estas gotas duran más en el ambiente. Un fiel reflejo de esto es lo que sucede con la influenza, que aumenta con la llegada del frío por estos mismos comportamientos. Por eso el lavado de manos frecuente, mantener distancia de al menos un metro y medio entre personas, evitar tocarse la cara, estornudar o toser sobre el pliegue del codo o en un pañuelo, limpiar y desinfectar superficies que se tocan con frecuencia como celulares, controles, computadoras y ventilar es vital.
La recomendación sanitaria ahora es evitar los espacios cerrados y optar por los lugares abiertos, al aire libre y bien ventilados, en los que es más fácil evitar el contagio. Pero el frío está al caer. Y con él también la gripe. Varios son expertos que han vaticinado para este invierno una "tormenta perfecta": la sinergia entre el coronavirus los influenzavirus que nos atacan cada año podría provocar un escenario bastante preocupante.
Lo que sí podemos hacer es prevenir, que es lo que recomiendan los expertos. Sabemos cuáles son los factores que facilitan la circulación del influenza y otros virus respiratorios: ventilar menos, permanecer más tiempo dentro de casa, la sequedad ambiental o el frío. Anticiparnos y prevenir el efecto de estos factores nos ayudaría no solo a mantenernos protegidos contra el coronavirus, sino también contra otras enfermedades respiratorias.