Francia abandona la misión de la OTAN en el Mediterráneo por la bronca con Turquía
París no obtuvo el respaldo occidental que buscaba después de que fragatas turcas apuntaran en sus radares de tiro a una fragata francesa
Socios en la OTAN, los gobiernos francés y turco ya no esconden que en Libia juegan en equipos diferentes. Después de que París acusara a Ankara de hacer que sus fragatas iluminaran tres veces en sus radares (la última maniobra antes de disparar fuego real) a la fragata francesa ‘Le Courbet’ en el Mediterráneo cuando ésta intentaba inspeccionar un carguero que llevaba armas turcas a Libia, el Gobierno francés pidió una investigación a la OTAN.
El secretario general de la Alianza Atlántica, el noruego Jens Stoltenberg, no fue tan claro como pedía el Ministerio de Defensa francés e intentó calmar los ánimos sin indisponerse con el Gobierno turco. Francia reaccionó anoche anunciado que se retira de la misión.
MÁS
Italia se incauta de catorce toneladas de anfetaminas producidas por Estado Islámico en Siria para financiarse
Turquía acusa a Francia de apoyar al "golpista" Haftar y de intentar "aumentar" la presencia de Rusia en Libia
Francia, Alemania e Italia reclaman el cese de las injerencias extranjeras en Libia
Su embajadora ante la OTAN, Muriel Domenach (que entre 2013 y 2015 fue cónsul general de Francia en Estambul), envió una carta a Stoltenberg en la que le notificó la retirada. En la carta, Domenach asegura que el informe de la OTAN (clasificado como confidencial) sobre el incidente turco-francés “no establece los hechos”. Francia considera que Stoltenberg intenta apagar el fuego no dando la razón a nadie.
Tarek Megerisi, especialista en el norte de África en el European Council on Foreing Relations y dedicado al estudio de los asuntos libios, explicó a NIUS que considera creíble la denuncia francesa el incidente con las fragatas turca y que “el incidente es parte de una pelea política” porque “Francia está intentando señalar a Turquía como una fuerza destructiva en Libia y prevenirle intervenir mientras Turquía se siente injustamente perseguida por Francia”.
Rivales en Libia
En Libia, mientras Turquía (con hombres y armas) e Italia (con su diplomacia) apoyan al Gobierno reconocido internacionalmente del primer ministro Fayez Al-Sarraj, Rusia, Egipto, Emiratos y Francia (aunque París oficialmente lo niega) apoyan al general Khalifa Hafter. Una mini guerra fría mediterránea que está provocando jirones al estandarte de la OTAN.
Francia abandona así la ‘Operation Sea Guardian’ ante la costa libia hasta, según la carta recibida en la sede de la OTAN anoche, la Alianza Atlántica no responda a sus exigencias sobre el comportamiento de Turquía, que también denunció hace semanas Grecia después de que fragatas turcas amenazaran a una fragata griega que intentaba también inspeccionar su un carguero turco con bandera tanzana llevaba armas a Libia violando el embargo aprobado por Naciones Unidas. El Gobierno turco desmiente ambos incidentes.
Lejos de lo que podría parecer por las tradicionales alianzas, en Libia parece que ahora mismo el Reino Unido y Estados Unidos están más cerca de la posición turca que de la francesa. Eso explicaría, según Megerisi, “que Turquía se sienta cómodamente apoyada por aliados en la OTAN. El asunto entre Francia y Turquía se limita a esos dos países. Turquía considera que está protegiendo en Libia los intereses de la OTAN al prevenir que Rusia se atrinchere en el Mediterráneo central cerca de las bases de la OTAN de Sicilia y cree que tiene apoyo estadounidense mientras Francia parece estar de forma un poco rara en la misma coalición que Rusia”.
Macron y “la muerte cerebral” de la OTAN
El año pasado el presidente francés Emmanuel Macron ya había dicho que la OTAN estaba “en muerte cerebral” después de que no moviera un dedo mientras uno de sus miembros, Turquía, invadía el norte de Siria para acabar con los feudos que se han construido en los últimos años las milicias kurdas, que apoyaron como fuerza de choque a los gobiernos occidentales a acabar con el control territorial que tenía el ISIS.
Francia quiere ir más allá. El ministro de Exteriores Jean-Yves Le Drian dijo ayer en la Asamblea francesa que sus homólogos europeos se reunirán el 13 de julio para estudiar sanciones contra Turquía. La UE ya tiene un paquete de ciertas sanciones en marcha, pero sus efectos son mínimos. Se impusieron después de que Turquía empezara a explorar y perforar los yacimientos de hidrocarburos en aguas de Chipre. La OTAN y la UE deberían haber coordinado sus respectivas operaciones hace meses, pero Turquía bloquea esa coordinación usando su derecho a veto en la OTAN.
Fuentes de la OTAN contaron a ‘NIUS’ que los ministros de Defensa “estudiarán pronto” el informe sobre el incidente militar entre fragatas que denuncia París. Las mismas fuentes recordaron que, si las misiones de la Alianza Atlántica se deciden por unanimidad, su participación en ellas es voluntaria y Francia tiene derecho a retirarse cuando quiera. Siendo cierto, no deja de ser una medida extrema por parte de París, que busca presionar a sus socios militares para que presionen a Turquía. Ankara respondió ya este jueves pidiendo disculpas a París.
París y Ankara cruzan insultos
Las relaciones entre Francia y Turquía llevan meses deteriorándose, principalmente porque sus intereses en Libia chocan de frente. París repite que es neutral en Libia pero aplaudió la ofensiva de Hafter del año pasado y las fuerzas apoyadas por Turquía encontraron misiles franceses en una base abandonada por soldados de Hafter, un escándalo desvelado por la prensa francesa. Megerisi cree que “Francia tampoco ha dado respuestas satisfactorias de qué hacían sus misiles en poder de las fuerzas de Hafter”.
Las declaraciones de los mandatarios han seguido a ese deterioro. Macron se refirió a los movimientos de Turquía como “criminales”. El Gobierno turco dice que París apoya a “piratas y golpistas”.
En Bruselas molestó sobremanera que el año pasado Turquía formalizara la compra de misiles antiaéreos rusos S-400, unas armas que podrían dar a Moscú cierto control sobre el sistema antiaéreo de un país clave para la OTAN por el tamaño de sus Fuerzas Armadas (las terceras de la Alianza militar) y por su estratégica situación geográfica como puente entre Europa, el Mediterráneo, Oriente Medio y Rusia.