Felipe de Edimburgo, marido de la reina Isabel II, ha fallecido hoy a los 99 años de edad. Estuvo más de 73 años caminando detrás de la reina, omnipresente en miles de actos, pero también pasará a la historia por sus desplantes y su poca simpatía.
El duque de Edimburgo fue famoso desde el principio por su humor inoportuno; por su carácter políticamente muy incorrecto, cuando trataban con otras culturas, y por sus muchas meteduras de pata. "Felipe y sus 'felipismos'" proclamaba la prensa británica cada vez que el eterno duque hacía una de sus bromitas, tan pasadas de moda, como cuando le preguntó a un invitado en una recepción de la Commonwealth que de qué exótico país procedía y este le contestó que de Birminghan. O en una visita del Papa Benedicto a Escocia cuando espetó a una diputada que si allí todas llevaban bragas a cuadros.
Era impertinente y mujeriego porque desde sus aireadas infidelidades de juventud ha sido un no parar. Tampoco se ha cortado en presencia de grandes líderes: a Obama le preguntó que si era capaz de distinguir al primer ministro británico del líder de la oposición. Creía que todo lo extranjero era raro y, problablemente, inferior. Fue acusado de racista y de estar lleno de prejuicios.
Fue admirado y criticado, pero, según muchos "todo un tesoro nacional". Su muerte coincide, además, con un momento más que delicado para la monarquía británica.
La Casa Real ha publicado un comunicado en el que se informaba del fallecimiento de Felipe de Edimburgo: "Es con profundo pesar que Su Majestad la Reina ha anunciado la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor".
El Duque de Edimburgo se encontraba en el Palacio de Widnsor, pero había estado ingresado en el hospital hace apenas un mes, donde fue operado de un problema cardíaco. Felipe de Edimburgo, que iba a cumplir 100 años el próximo mes de junio, deja viuda a la soberana de Reino Unido tras más de 73 años de matrimonio. Tenían cuatro hijos en común, ocho nietos y once bisnietos, dos de ellos en camino.
El terremoto que causó la entrevista televisada de Meghan Markle y el príncipe Harry coincidió con los días en los que Felipe de Edimburgo seguía hospitalizado. A pesar del revuelo causado por las declaraciones de sus nietos y la convalecencia de su marido, la reina Isabel II ha seguido con su agenda y cumpliendo con sus funciones, principalmente a través de videollamadas debido a las restricciones de Covid. La última aparición pública de la reina, a través de videollamada, fue el pasado 31 de marzo para conmemorar el centenario de la Real Fuerza Aérea Australiana.