Desde que comenzó la pandemia hemos visto situaciones realmente disparatadas para hacerla frente, pero lo increíble es que después de todo lo que ha pasado en cinco meses haya quien siga defendiendo remedios que han demostrado su ineficacia.
Stella Immanuel, es médica de atención primaria en Houston y ha defendido junto con otros colegas el uso de la hidroxicloroquina contra la COVID-19. Trump, defensor desde el comienzo de este antimalárico, la ha apoyado en rueda de prensa. Su hijo mayor retuiteó el vídeo, y la red social ha suspendido temporalmente su cuenta por difundir bulos. La hidroxicloroquina se usó en hospitales de todo el mundo en marzo, pero la OMS suspendió los experimentos porque no reducía la mortalidad.
Otro de los más conocidos es el presidente de Brasil, Bolsonaro es un gran fan de este tratamiento. Pero los hay más descabellados. Donald Trump ha llegado a sugerir beber desinfectante como método curativo.
El presidente de Bielorrusia ha defendido el vodka, la sauna y el hockey para protegerse del virus.
En las últimas horas Madonna ha publicado un vídeo en el que sostenía que la vacuna ya estaba lista y que no se distribuía por motivos económicos. Lo borró después de la polémica.
Polémica que también hubo cuando Miguel Bosé y Enrique Bunbury se hicieron eco de otra teoría: la vacuna es un proyecto de Bill Gates para controlar a la humanidad con la ayuda de un microchip y la tecnología 5G.