Rob y Marcela Wild, una pareja que lleva residiendo 18 años en Sudáfrica descubrió entre las ramas de su árbol de Navidad una de las serpientes más venenosas del mundo. Según explicó el hombre británico en un vídeo, fueron sus gatos los que alertaron de que había algo extraño entre los adornos.
La pareja comenzó a buscar, pensando que encontrarían un ratón, y hallaron un ejemplar de la serpiente boomslang, también arborícola, por lo que decidieron contactar con un profesional. "No sabía lo que era en ese momento, pero luego busqué qué serpientes hay en nuestra zona y apareció una boomslang", explicó Rob a la CNN.
"Pensé: Santo cielo, esta es la reina de todas las serpientes venenosas'", subrayó el hombre, de 55 años. La boomslang es una especie conocida por ser tímida, pero es una de las más venenosas del continente africano. Su veneno provoca hemorragias y puede ser mortal para los humanos en pequeñas cantidades.
Los hechos ocurrieron en Robertson, Cabo Occidental, Sudáfrica. El especialista en serpientes Gerrie Heyns acudió al domicilio en ayuda de la pareja y, al llegar, confirmó la identidad del animal. La serpiente era hembra y medía entre 1,3 metros y 1,5 metros de largo.
El especialista había pedido a la familia que se alejara del árbol sin perder de vista a la serpiente en ningún momento. Así permanecieron dos horas hasta que se personó. Asimismo, sugirió grabar el momento de la captura para exponer los peligros en las redes sociales. En la grabación, se puede ver cómo el experto utiliza pinzas para capturar al animal con más facilidad.
"Una vez que la tuve bajo control, la familia se acercó a ver la serpiente. No intentó morder ni ponerse a la defensiva porque no le di ninguna razón para hacerlo. Un momento de miedo se convirtió en un momento emocionante para los niños", subrayó el especialista.
Despues, la sujetó por el cuello y la colocó en "un tubo para serpientes". Al anochecer, Heyns se llevó la serpiente a su domicilio, donde la alojó temporalmente en un recinto para este tipo de reptiles antes de liberarla de nuevo en la naturaleza.
La serpiente habría entrado en la propiedad en busca de comida, agua y refugio, según apunta el especialista. "Probablemente, cuando vio el primer movimiento, trató de escapar hacia el escondite más cercano, que era el árbol", detalló.
Heyns destaca que ha retirado cientos de serpientes de numerosas casas de la zona y que pocas veces han llegado a atacar. Según el experto, en sus ocho años como capturador profesional, solo le han mordido una vez, y fue porque el animal actuó a la defensiva.