El Consejo Europeo que debía decidir qué medidas fiscales tomar ante el Coronavirus estuvo cerca de no tener acuerdo. Italia y España amenazaron con levantarse de la mesa ante la negativa de los países del norte de considerar medidas como los Coronabonos o el acceso a los fondos de rescate. Una división entre el norte y el sur volvió a quedar patente como en los peores momentos de la crisis del Euro.
Por el momento, no habrá Eurobonos, ni Coronabonos, mecanismos que supondrían la emisión de deuda conjunta por parte de los países de la Unión. Tampoco habrá acceso a los fondos de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), sin tener que realizar medidas de ajuste presupuestario. Ambas medidas eran las que habían puesto sobre la mesa los gobiernos de Italia y España, junto con otros siete gobiernos.
Es decir, los países firmantes de la carta querían un plan ambicioso de financiación a nivel europeo para intentar mitigar los efectos de la crisis del Coronavirus. Holanda, Alemania y Austria se niegan a exponer su deuda sin condiciones de ajuste fiscal, esto es, austeridad a cambio de dinero. Ante la negativa, Sánchez y Conte han amagado con levantarse de la mesa y acabar el Consejo Europeo sin acuerdo.
Finalmente, se ha optado por la opción clásica. Una patada hacia delante. Los líderes se dan dos semanas de plazo para presentar medidas fiscales y pasan esta responsabilidad al Eurogrupo, que deberá debatir y presentar propuestas. El problema de esta opción es que en la reunión de los ministros de economía de la zona euro se vive la misma división norte-sur y un acuerdo será difícil.
A pesar de ello, el Consejo Europeo sí ha aceptado las medidas del BCE para facilitar el acceso a la financiación de los países miembros, así como las presentadas por la Comisión Europea que suponen un gasto de 37 billones de euros.