La liberación de más de 300 niños que habían sido secuestrados por la organización terrorista Boko Haram en Nigeria, ha generado cierta confusión. Algunas fuentes indican que el grupo era mayor, y que todavía hay estudiantes en manos de sus captores.
Se han distribuido imágenes de algunos de los trescientos cuarenta y cuatro menores que ya han sido liberados. Muchos bajaban del autobús que los traía de vuelta con la mirada perdida.
Después, entre la nube de fotógrafos y como si hubieran llegado de una travesía infinita, bastaba asomarse a alguno de esos ojos extraviados para intuir el horror vivido.
Boko Haram, el grupo islamista que los tomó como rehenes hace una semana, acababa de distribuir esta prueba de vida. En ella se veía, junto a los niños secuestrados, niños captores enmascarados y con kalasnikov en mano. Los terroristas obligaban a uno de ellos a pedir al ejército que no interviniera.
Las Fuerzas Armadas nigerianas, sin embargo, conseguían liberarlos poco después en una acción relámpago. Todo tras una movilización nacional como la que tuvo lugar hace seis años.
En aquel entonces en favor de las niñas secuestradas por asistir, también ellas, a una escuela no islamista.
Se teme, eso sí, que todavía haya decenas de pequeños en poder de Boko Haram tras la operación militar.