La estrafalaria "monarquía" de una remota isla inglesa
Un electricista de submarinos ha sido nombrado rey de la pequeña isla de Piel, donde solo viven diez personas, en una divertida tradición que tiene trescientos años de historia
Sus funciones serán las de llevar el único pub de la isla, que tuvo que cerrar durante la pandemia, y de administrar su territorio
Con este título recuerdan que allí empezó, en 1487, una invasión fallida de Inglaterra liderada por un falso pretendiente de diez años de edad
Un electricista de submarinos de treinta y tres años de nombre Aaron Sanderson ha sido nombrado rey de la remota isla inglesa de Piel. En realidad, lo han elegido para que gestione el único pub que hay y ha firmado un contrato de arrendamiento de diez años. Pero el contrato incluye la administración de su territorio en una tradición que tiene cerca de tres cientos años de historia y que se ha convertido en una divertida excentricidad. Aaron será nombrado sucesor de Eduardo VI, un rey que nunca llegó a ser rey de Inglaterra y que, de hecho, era un impostor.
La isla de piel se encuentra a ocho cientos metros de la península de Furness, en el condado de Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, en la bahía de Morecambe. Es una isla muy pequeña de apenas 200.000 metros cuadrados donde solo hay unas pocas cabañas con diez residentes, las ruinas de un castillo del siglo XV que fue construido por el abad de la Abadía de Furness para que sirviera como almacén y también como atalaya para controlar las incursiones de piratas y escoces, muy frecuentes en aquella época. Y luego está el Ship Inn, el pub que desempeña a su vez las funciones de residencia real. El resto son campos.
MÁS
Uno de los atractivos turísticos de la isla es el avistamiento de focas y de aves y, en ocasiones, es más fácil ver focas que personas. La isla recibe solo 10.000 visitantes al año, principalmente cumbrianos. No se encuentra de paso a ningún lugar y es un destino desconocido para el resto de los ingleses. En verano hay una pequeña zona donde acampar y un par de habitaciones para alquilar en el Ship Inn. Nada más. La única manera de acceder a la isla es con ferry. El viento y la soledad azotan la isla durante el invierno, cuando la población se reduce a dos personas, además de arrendatarios del pub, sin gas ni electricidad.
La ceremonia de coronación
La ceremonia de coronación del rey se realiza en el Ship Inn. Carece de la pompa y solemnidad de las investiduras de los monarcas del país y no es televisada para todo el mundo. En ella participan los llamados caballeros del derruido castillo de la isla, que no son más que sus lugareños. Sientan al rey en un viejo trono pintado con grafitis, le entregan una espada oxidada, le colocan un casco en la cabeza y le vierten cubos llenos de cerveza por encima, algo que sería absolutamente impensable en cualquier ceremonia de coronación europea. Sobra decir que el título no tiene ningún tipo de reconocimiento más allá de sus frías orillas.
El origen de esta tradición se remonta al siglo XV, en plena ‘Guerra de la Rosas’ (1455-1487), la guerra civil británica que enfrentó a los partidarios de la Casa de York contra los de la Casa de Lancaster. En 1487 la pequeña isla sirvió como plataforma para una invasión de Inglaterra después de que los York fueran derrotados por los Tudor. Entonces llegó un ejército liderado por un niño de diez años al que los yorkistas clamaban como rey legítimo de Inglaterra.
Los príncipes de la torre
Desde la muerte de Eduardo IV, de la Casa de York, en 1483, se inició una disputa de sucesión dentro de la familia. Los herederos naturales eran sus dos hijos: Eduardo, de doce años, y Ricardo, conde de Warwick, de nueve. En un primer momento, el mayor fue coronado como Eduardo V, pero apenas duró unos meses porque su tío, Ricardo III, declaró que eran hijos ilegítimos, reclamó el trono y fue declarado rey.
Encerró a los dos niños en la Torre de Londres y nunca más se volvió a saber de ellos. Se rumoreó que los había matado. Los dos niños son conocidos popularmente como "los príncipes de la torre". Ricardo III gobernó hasta su muerte dos años más tarde, en 1485, en la batala de Bosworth contra el ejército Enrique Tudor, que se convertiría en Enrique VII, primer monarca de la Casa de los Tudor.
En 1487, cuatro años después de la desaparición de los príncipes, los yorkistas anunciaron que Ricardo, el conde de Warwick, el pequeño, estaba vivo, que había conseguido escapar de la torre y vivía en casa de un sacerdote de Oxford llamado Richard Symonds. Ricardo Warwick fue enviado a Irlanda, donde todavía había numerosos partidarios de la Casa de los York. Entonces los monarcas era reyes de Inglaterra y señores de Irlanda. Allá fue presentado al gobernador de Irlanda, el conde de Kildare. Fue proclamado rey legítimo de Inglaterra con el nombre de Eduardo VI y prepararon la invasión de Inglaterra para derrocar a Enrique VII y a los Tudor.
El ejército de un niño de diez años
Reclutaron a miles de soldados irlandeses mal equipados a los que se unieron dos mil mercenarios alemanes pagados por Margarita de York, la hermana de Eduardo IV y Ricardo III, que estaba casada con el rey de Borgoña y residía en ese ducado, en la actual Francia. Partieron del puerto de Dublín y llegaron al puerto de la isla de Piel el 4 de junio de 1487. No hubo resistencia desde el castillo. En ese momento, era esencialmente un almacén fortificado para la mercancía de la abadía de Furness, incluida la lana, que, según los informes de la época, se contrabandeaba al extranjero sin pagar los derechos de aduana. Allí se les unieron partidarios ingleses de Ricardo Warwick. Apenas quedaría un palmo libre en la isla, ocupada por aquellos ocho mil soldados.
En realidad, el pretendiente no era Ricardo Warwick si no Lambert Simnel, el hijo de un artesano oxoniense. El monje Richard Symonds lo vio un día y notó que tenía un enorme parecido con los hijos desaparecidos de Eduardo IV. Con un noble yorkiano ardieron una conspiración contra el rey. Lo acogió en su casa y lo educó con los más exquisitos modales cortesanos. Como por edad estaba más cerca de Ricardo, el pequeño, decidió hacer correr el bulo de que era él.
El 5 de junio de 1487 Simnel estaba en Piel, bajo la sombra de Kildare, al frente de un ejército de ocho mil hombres. A los pocos días emprendieron la marcha hacia Londres. Se enfrentaron el 17 de junio de 1497 en Stoke Fields (el actual pueblo de East Stoke) al ejército real de doce mil soldados del rey Enrique VII y fueron masacrados. Kildare y Simnel fueron capturados. Kildare, ejecutado. Simnel se salvó porque Enrique VII consideró que fue una marioneta en manos de las mentes perversas de los mayores. Lo nombró asador real y más tarde lo ascendió a cetrero real.
El rey Aaron
Dos siglos y medio más tarde se levantó el pub Ship Inn y los lugareños recuperaron la historia de Lambert Simnel, seguramente en algún juego de bar, y declararon al administrador del pub sucesor directo de Eduardo VI, el rey que nunca reinó en Inglaterra. El primer arrendatario del pub y rey de Piel fue Edward Postlethwaite, que gobernó entre 1746 y 1766. El último fue Steve Chattaway que ascendió al trono en 2007 junto a su esposa, la reina consorte Sheila. Según la tradición no escrita en ningún lado, el rey tiene derecho a alcohol gratis, tabaco gratis y puede tener a las mujeres que quiera. “Creo que mi esposa tendría algo que objetar a esto”, bromeó en una entrevista Chattaway.
Steve y Sheila reinaron hasta mayo de 2021, cuando por culpa de la pandemia y la falta de turistas tuvieron que cerrar el pub y marcharse de la isla. Desde entonces que el pub está cerrado. Ahora el municipio de Barrow, al que pertenece la isla, ha querido recuperar la tradición y reabrir el pub. Puso un anuncio en la prensa para buscar candidatos a llevar el pub. Les ofrecían un contrato de arrendamiento de diez años y un buen sueldo. Sus funciones: llevar el pub y administrar la isla.
Treinta personas han sido consideradas para el puesto. El elegido ha sido Aaron Sanderson, que ha confesado el valor sentimental que tiene para él la isla, donde solía ir los veranos de su infancia y que para él la elección es un honor. Sanderson ha dejado el trabajo que tenía en BAE Systems, el principal contratista militar europeo. En las próximas semanas se trasladará al solitario y remoto paraje con su esposa Anita para reabrir el pub. Y se sentará en el viejo trono pintado con grafitis y le colocarán el casco y le rociarán con cerveza. Será proclamado rey Aaron para recuperar el esplendor perdido de la isla.