Nueva atrocidad contra los civiles en la guerra de Ucrania. Al menos 50 civiles, cinco de ellos niños, y cientos han resultado heridas después de que dos misiles hayan impactado sobre la estación de tren de Kramatorsk, al este de Ucrania. Uno de los puntos de huida más comunes en esta guerra por parte de los refugiados.
Mientras Rusia ha negado el ataque, Bruselas, en palabras de Josep Borrell, lo ha condenado firmemente. Pero hay datos que dejan en evidencia a Rusia, un mensaje de Telegram en el que reivindicaban el ataque y las palabras "para los niños" en los misiles, con la idea de acabar de raíz con el pueblo ucraniano, considerado como nazi. Además, los misiles usados son teledirigidos. La idea era atacar un lugar donde acuden los civiles para huir de la muerte.
De hecho, miles de personas son evacuadas desde hace días desde esta estación hacia el resto del país. Según AFP, cientos de personas esperaban todavía en la estación antes del ataque para conseguir subirse a un tren que les sacara de la ciudad, que estaba bajo amenaza de una ofensiva rusa. Kramatorsk se encuentra en el este del país, a unas 80 millas al oeste de Lugansk.
Las autoridades de Ucrania hablan de 50 muertos en la estación de Kramatorsk, entre ellos niños, y unos 100 heridos. El jefe del Servicio de Ferrocarriles de Ucrania, Oleksandr Kamishin, ha recalcado en un mensaje en en Telegram que "se trata de un golpe deliberado a la infraestructura de pasajeros de tren y a los residentes de Kramatorsk".
Pavlo Kirilenko, gobernador de la región de Donetsk ha definido el ataque a la estación de trenes de Kramatorsk “como un ejemplo más del cinismo” por parte del ejército de Rusia. "Eran civiles. Los invasores intentan generar pánico, saben dónde golpear. Antes atacaban infraestructuras, ahora civiles”, apuntó sobre la masacre en Kramatorsk.
Médicos sin Fronteras había puesto en marcha una línea de tren que salía desde Kramatorsk para evacuar civiles con destino a Lviv, un viaje del Este al Oeste de Ucrania. “Estuvimos allí y vimos a cientos de personas abarrotando la estación, tratando de irse", dijo Christopher Stokes, coordinador de Emergencias de esta organización.
Los hospitales de Kramatorsk están teniendo problemas para atender a todas las personas que han resultado heridas y estarían colapsados. La estación estaba repleta de gente en el momento en el que cayó un misil en el que se podía leer “por nuestros niños”.
Las imágenes de la estación de Kramatorsk muestran decenas de cuerpos tirados por el suelo. Hay multitd de maletas y enseres, además de cochecitos de niños. El alcalde de Kramatorsk, Oleksander Honcharenko, dijo que había alrededor de 4.000 personas en la estación de tren cuando fue bombardeada. La mayoría eran mujeres, ancianos y niños que se preparaban para evacuar a regiones más seguras.
Minutos antes, el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko, había señalado que "los nazis rusos" han atacado el lugar con un misil 'Iskander'. Asimismo, ha subrayado que "miles de personas se encontraban en la estación durante el ataque debido a que los residentes de Donetsk están siendo evacuados a regiones más seguras en Ucrania". Kramatorsk se encuentra en la zona de Donetsk no controlada por la autoproclamada República Popular de Donetsk.
"Los racistas sabían bien a dónde apuntaban y lo que querían", ha reseñado Kirilenko, que ha agregado que Moscú "quiere destruir todo lo ucraniano. Rusia es un país de villanos y criminales. El mal debe ser detenido y castigado", ha remachado.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha dicho a través de Instagram que Rusia, "al carecer de la fuerza y el coraje para hacer frente a nosotros en el campo de batalla, están destruyendo cínicamente a la población civil".
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha condenado "firmemente" el ataque a la estación de trenes de Kramatorsk. Además, acusa a Rusia -que ha desmentido ser el autor del ataque- de "causar sufrimiento humano".
"Condeno firmemente el ataque contra la estación de Kramatorsk perpetuado por Rusia, que ha matado a decenas de personas y ha dejado numerosos heridos", ha declarado Borrell en Twitter. "Se trata de una nueva tentativa de cerrar las vías de evacuación para los que huyen de esta guerra injustificada y de causar sufrimiento humano", ha añadido.
El Gobierno de Rusia ha negado haber atacado con misiles la estación de tren de la ciudad ucraniana de Kramatorsk, situada en la región de Donetsk (este). "Las Fuerzas Armadas de Rusia no han llevado a cabo ninguna misión el 8 de abril en Kramatorsk y tampoco hay ninguna planeada", ha dicho el Ministerio de Defensa ruso, que ha tildado las acusaciones de Kiev de "provocación que no se corresponde en absoluto con la realidad". Asimismo, ha señalado que en los alrededores de la estación se han hallado "fragmentos" de misiles Tochka-U, según "fotografías publicadas por testigos", y ha hecho hincapié en que "sólo son usados por las Fuerzas Armadas ucranianas", tal y como ha recogido la agencia rusa de noticias Interfax.
Minutos antes, las autoridades de la autoproclamada República Popular de Donetsk, cuya independencia fue reconocida por Moscú días antes del inicio de la invasión, acusaron a las Fuerzas Armadas ucranianas de estar detrás del lanzamiento del misil y apuntaron igualmente que era un Tochka-U.
En este sentido, el líder de la administración de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, ha señalado en declaraciones a la cadena de televisión rusa Rossiya 1 que se trata de una "provocación monstruosa" por parte de las autoridades ucranianas y ha tildado lo sucedido de "crimen de guerra por parte del régimen de Kiev".
Algo que ha negado el jefe de la administración militar regional de Donetsk, Pavlo Kirilenko que ha acusado a "los nazis rusos de disparar un misil Tochka-U contra la estación de tren de Kramatorsk, "desde donde salen trenes para evacuar a residentes de la región de Donetsk a regiones más seguras en Ucrania".
Kramatorsk se encuentra en la zona de Donetsk no controlada por la autoproclamada República Popular de Donetsk, los rebeldes separatistas aliados de Moscú. "Los rusos están intentando afectar de forma deliberada la evacuación de civiles. Para ellos, las vidas son una moneda de cambio y una herramienta para lograr sus cínicos objetivos", ha manifestado, antes de incidir en que "la evacuación continuará" y que "cualquiera que quiera abandonar la región podrá hacerlo".
"Los racistas sabían bien a dónde apuntaban y lo que querían", reseñó Kirilenko, que agregó que Moscú "quiere destruir todo lo ucraniano. "Rusia es un país de villanos y criminales. El mal debe ser detenido y castigado", remachó.
El ataque ha sido condenado por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que ha acusado a "los ocupantes" de disparar un misil contra la estación, donde "miles de ucranianos pacíficos esperaban a ser evacuados". "Al no tener la fuerza y el valor para hacernos frente en el campo de batalla, están destruyendo de forma cínica a la población civil. Es una maldad que no tiene límites y que, si no es castigada, nunca se detendrá", ha resaltado.
Funcionarios ucranianos dicen que las fuerzas rusas se han estado reagrupando para una nueva ofensiva y que Moscú planea apoderarse de la mayor cantidad de territorio posible en la parte oriental de Ucrania conocida como Donbás, en la frontera con Rusia. Las autoridades locales en algunas áreas han estado instando a los civiles a que se vayan mientras sea posible y relativamente seguro hacerlo. Pero ahora que huyen también están siendo masacrados.