La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeón, ha decretado este lunes un confinamiento domiciliario para toda la región que entrará en vigor esta medianoche. La medida, que tiene por objetivo frenar el avance de contagios de la nueva cepa del coronavirus, durará al menos hasta el 31 de enero y estará respaldada por la vía legal.
Sturgeon ha confirmado en una rueda de prensa que a partir de la medianoche del lunes los ciudadanos deberán permanecer confinados en sus casas excepto para fines esenciales, en unas condiciones similares al bloqueo impuesto al inicio de la pandemia en marzo del año pasado. La cifra de contagios por coronavirus se ha visto incrementada en las últimas semanas, un aumento que las autoridades escocesas achacan a la aparición de una nueva variante del virus en Reino Unido. "La situación es extremadamente grave", dijo Sturgeon.
Así, las escuelas no reabrirán hasta a principios de febrero y se prohíben los viajes no esenciales. A mitades de mes se revisarán las restricciones. "Estoy más preocupada por la situación que vivimos ahora que en cualquier momento desde marzo del año pasado", admitió Sturgeon.
Según las autoridades escocesas, la nueva variante del virus ya representa casi la mitad de los nuevos casos en Escocia. Sturgeon ha asegurado que en las últimas 24 horas se han detectado 1.995 casos y que el 15% de los tests son positivos.
El Reino Unido sumó 58.784 nuevos contagios por covid-19 en las últimas 24 horas, un nuevo récord de infecciones diarias, según los datos revelados este lunes por el Ministerio británico de Sanidad. El ministerio informó además de otros 407 fallecimientos por la enfermedad, lo que eleva el total de muertos por coronavirus en este país desde el inicio de la crisis a 75.431, mientras que se han registrado hasta ahora 2.713.563 de positivos.
Ante estas cifras alarmantes de contagios diarios causadas en gran parte por la nueva cepa más transmisible del virus, el primer ministro británico, Boris Johnson, se dirigirá esta noche a las 20.00 GMT a la nación para anunciar nuevas restricciones en Inglaterra después de que Escocia haya ya decretado otro confinamiento total para el mes de enero.
El anuncio llegará el mismo día en que la vacuna desarrollada por la universidad de Oxford y la farmacéutica AstraZeneca ha comenzado a ser administrada entre la población británica, y se suma así a la de Pfizer/BioNTech, que se pone desde diciembre.