Biden y sus errores verbales, un clásico en su extensa carrera política
“Soy una máquina de meteduras de pata”, dijo él mismo en 2020, dando muestras de su sentido del humor acerca de algo que es conocido
Las confusiones se suman a los silencios en sus alocuciones o a las veces en las que se ha quedado dormido
El reciente discurso sobre el Estado de la Unión que Joe Biden dirigió al pueblo estadounidense hace unos días, estuvo marcado por un inusitado optimismo. Con talante enérgico el presidente se mantuvo en el atril durante una hora, pronunciando un mensaje de aliento a la ciudadanía que recibió el respaldo unánime del Congreso. Por lo menos hasta que dejó de hablar de Ucrania y pasó a comentar la política nacional.
Algo que él ya debía intuir porque justo antes de ese momento se produjo la anécdota: “Putin puede rodear Kiev con tanques, pero nunca ganará el corazón y el alma del pueblo iraní”, dijo en lugar de mencionar al “pueblo ucraniano”. Un lapsus que dio lugar a memes en las redes sociales y un repaso a otros errores memorables a lo largo de su extensa carrera política de 40 años.
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En el pasado
“Soy una máquina de meteduras de pata”, dijo él mismo en 2020, dando muestras de su sentido del humor acerca de algo que es conocido, incluso en momentos más solemnes, como el que tuvo lugar en 2010 durante una recepción el día de San Patricio, del primer ministro irlandés en ese momento, Brian Cowen. Biden quiso enviarle un mensaje de aliento por el fallecimiento de su padre pero sus palabras fueron: “Su madre vivió en Long Island durante 10 años, más o menos, Dios la tenga en su gloria”. Obviamente tuvo que rectificar con un “tu mamá todavía está viva, fue tu padre el que falleció. Dios bendiga su alma”, según señaló The Guardian.
También The Economist recogió una desafortunada descripción, en 2007, durante su campaña a la nominación para la presidencia del Partido Demócrata, del que sería el futuro presidente de los Estados Unidos, Barak Obama. “Tienes al primer afroamericano del partido con un discurso articulado, brillante, limpio y guapo”, dijo. “Lo que quise decir es que tiene nuevas ideas, es un tipo nuevo”, añadió mientras las risas de los asistentes le hicieron ver que “esto no está funcionado, ¿verdad?”.
Hoy en día
Más recientemente, el pasado 25 de enero, mientras respondía a la pregunta del periodista Peter Doocy de Fox News, en la sala Este de la Casa Blanca, el mandatario olvidó que el micrófono estaba conectado y se escuchó como le llamaba “estupido hijo de perra”. Si bien Biden llamó más tarde al reportero para disculparse, el incidente fue recogido en el mismo momento por todos los medios y redes sociales.
Asimismo ha tenido deslices sobre su compañera de gobierno, Kamala Harris, a quien el año pasado denominó la “presidenta Harris, una orgullosa ex alumna de Howard”, durante la ceremonia de graduación de otoño de esta universidad. La vicepresidenta de los Estados Unidos se convirtió así, de repente, en la máxima mandataria del país por obra y gracia de Biden.
Sleepy Joe
Las confusiones del mandatario se suman a los prolongados silencios de los que en ocasiones hace gala en sus alocuciones o incluso a las veces en las que se ha quedado dormido, como le ocurrió en la sesión de apertura de la última cumbre climática, que tuvo lugar en Glasgow, Escocia, el año pasado. Esos lapsus han dado lugar a que, sobre todo en el ambiente republicano, se le conozca por el sobrenombre de Sleepy Joe.
Los 79 años que ya tiene Biden, su carácter locuaz y los 36 años que ha pasado en el Senado, han dado lugar a que el número de errores sean mayores que los de un político recién llegado. Quizá por eso, y por la identificación que puede sentir por alguien de cierta edad como él, puede que defendiera a un rival republicano como John McCain, en contra del propio Obama, candidato a la presidencia en ese momento, y que ello fuera considerado como un error de su campaña para el tandem presidencial.
Empatía
Fue durante una entrevista con la periodista de CBS, Katie Couric, en septiembre de 2008, cuando Biden calificó de “terrible” un anuncio de Obama en el que éste criticaba a McCain por sus falta de habilidades informáticas. “No sabía que existía ese anuncio, si lo hubiera sabido, nunca lo hubiéramos hecho”, dijo a pesar de que en ese momento era el aspirante a la vicepresidencia.
Y como Biden nunca defrauda, terminó esa misma entrevista con un error histórico, al decir que “cuando el mercado de valores colapsó (durante la Gran Depresión), Franklin Roosevelt apareció en la televisión y no solo habló sobre los príncipes de la codicia”, lo cual podría haber sido más o menos debatible si no fuera porque el presidente en esa época era Herbert Roosevelt y no Franklin. Un momento más para la historia de los lapsus presidenciales que probablemente no será el último, al menos mientras Biden continúe en el cargo.