{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Emmanuel Macron y Marine Le Pen apuestan por dos modelos opuestos de país. El presidente se define como un político ni de izquierdas ni de derechas y defiende unas reformas que chocan con la férrea defensa del estado del bienestar galo. La líder ultraderechista, muy cercana a Vladimir Putin, quiere alejarse de la Unión Europea y buscar convergencias de intereses en otras zonas del mundo.
Continuidad o ruptura. En dos semanas Francia elige entre el europeísmo de Emmanuel Macron y la ultraderecha populista de Marine Le Pen. Aunque la gran promesa del líder de República en Marcha en 2017 fue que no volviera a haber motivos para votar a los extremos, se enfrentan por segunda en posiciones mucho más ventajosas para la líder ultraderechista.
La revuelta de los 'chalecos amarillos' y la pandemia han desgastado la figura del presidente, que se presenta a la reelección con planes impopulares: elevar la edad de jubilación a los 65 años o exigir una actividad que permita la reinserción laboral para cobrar el subsidio mínimo de desempleo.
Ni Macron ha rentabilizado su papel de mediador internacional en las negociaciones con Vladimir Putin, ni los lazos de Le Pen con el Kremlin, que le financió la campaña electoral hace cinco años, han hecho mella en su candidatura.
Sin embargo, la propia Le Pen ha marcado distancias con Moscú desde la invasión de Ucrania, en su programa propone una alianza de seguridad con Rusia y la retirada inmediata de Francia del mando integrado de la OTAN. Está por ver si el descontento social de los franceses pesa más que la cercanía de Le Pen a Putin.
Francia aparca la emoción hasta dentro de dos semanas. Serán entonces cuando Emmanuel Macron se la juegue. El presidente, que no quiso implicarse en la campaña convencido de que su reelección estaba cantada, ha ganado en esta primera vuelta, según los sondeos a pie de urna, con una ventaja de hasta cinco puntos sobre a Marine Le Pen.
La líder de la ultraderecha, segunda, pasa de nuevo a la final, aunque en esta vez con más opciones a priori que en las presidenciales de hace cinco años.
El representante de la izquierda radical Jean Luc Melenchon, tercero, no ha podido dar la sorpresa y se queda con el 20% de los votos. Valerie Pecresse, que se ha apresurado a anunciar ya su voto a Macron para en segunda vuelta, y Anne Hidalgo obtiene pésimos resultados respectivamente para la derecha y la izquierda tradicional, sobre todo en el caso de la socialista.