Emma Sweet, una niña de dos años, fue encontrada muerta en el río Blanco, en el condado de Bartholomew, Indiana, el pasado noviembre. Ahora, la autopsia ha señalado que su muerte fue un homicidio por ahogamiento.
La oficina forense del condado de Bartholomew ha determinado que la pequeña murió "por complicaciones de hipotermia y asfixia por ahogamiento", según confirma el medio People.
Según alega el alguacil, "su cuidador adulto no tomó ninguna medida para rescatar" a la pequeña, por lo que "esta inacción resultó en su muerte", y por lo tanto, "la forma de muerte es homicidio".
Los hechos ocurrieron el pasado día de Acción de Gracias en Estados Unidos. Emma y su padre, Jeremy Sweet, de 39 años, fueron reportados como desaparecidos y desde el primer momento comenzó una desesperada búsqueda de ambos.
Unos cazadores encontraron al hombre en su camioneta en el río Blanco, pero la pequeña no se encontraba con él. El padre fue trasladado al hospital, donde recibió tratamiento para recuperarse de la hipotermia que sufría.
Dos días después, un buzo del equipo de rescate del condado encontró el cuerpo de la menor, a una tres millas de donde se encontraba el padre.
Jeremy fue detenido por un delito grave de descuido de un dependiente y otro de posesión ilegal de una jeringa, según anunció la Oficina del Sheriff del condado de Bartholomew. Tras los hechos el hombre aportó diferentes versiones de lo ocurrido. En el momento del homicidio, el padre había salido de la cárcel bajo fianza por posesión ilegal de un arma de fuego.