El origen del movimiento Black Lives Mater se remonta al año 2013, un año después de que el capitán de vigilancia que mató a Trevor Martin quedara absuelto. El joven afroamericano de 17 años había parado en una tienda para comprar unos bocadillos y seguir su camino hasta la casa del padre de su prometida en Sandford, Florida.
George Zimmerman llamó al 911 para denunciar a una persona sospechosa en el barrio. Se le indicó que no saliera de su camioneta, pero joven desarmado, ignoró las instrucciones. Momentos después, los vecinos escucharon unos disparos. Zimmerman alegó que mató al estudiante de secundaria en defensa propia. En un informe policial, queda registrado que el oficial en servicio estaba sangrando por la nariz y la parte posterior de la cabeza. Unas semanas más tarde cientos de ciudadanos salieron a las calles para manifestarse en señal de protesta.
Un año después de la muerte de Martin, el hashtag #BlackLivesMatter (#LasVidasDeLas #PersonasNegrasImportan) comenzó a cobrar popularidad. La frase original fue redactada por la escritora y conferencista Alicia Garza en una carta dirigida a la comunidad afroamericana. Luego, la activista y cofundadora del movimiento BLM, Khan-Cullors la volvió hashtag para que, a través de las redes, la comunidad ayudara a combatir el racismo contra las personas negras en todo el mundo.
Al joven Martin, le siguieron las muertes de Michael Brown (Misuri), Eric Garner (Nueva York), Laquan McDonald, (Chicago), Freddie Gray (Maryland) y más recientemente la de George Floyd quien, tras casi nueve agónicos minutos, murió en Minneapolis asfixiado víctima de la técnica del estrangulamiento practicada por un agente del cuerpo de policía cuando procedió a su arresto, lo que desató una oleada de protestas de repercusión mundial. Estas son algunas de las vidas que Black Lives Mater considera que no se deberían haber perdido si los oficiales no hubieran actuado con la supremacía de un hombre blanco racista.
La misión de Black Lives Matter, tal y como explica su web, es “erradicar la supremacía blanca» e intervenir a través del poder local “en la violencia infligida en las comunidades negras por el estado y los vigilantes”. “Trabajamos para un mundo donde las vidas de los negros ya no sean sistemáticamente objetivo de muerte”.
El movimiento social comenzó a tomar más fuerza a partir de 2014, y con los años, se ha extendido por Canadá y Reino Unido, transformándose en una poderosa organización que, más allá de las protestas y del cambio en las leyes, pretende influir en las decisiones electorales de los países donde haya discriminación racial. Lo logró en los comicios estadounidenses de 2016, y espera volver a hacer mella en las próximas elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
De hecho, el movimiento deja claro también en su página oficial que, bajo el hashtag “#WhatMatters2020 (#QuePasaEn2020), tiene en marcha “una campaña destinada a maximizar el impacto del movimiento BLM al impulsar a los partidarios y aliados de BLM a las urnas en las elecciones presidenciales de Estados Unidos 2020 para construir el poder colectivo y garantizar que los candidatos sean responsables de los problemas que afectan de manera sistemática y desproporcionada a los negros y a las comunidades desatendidas en todo el país”. Su propósito se centra en temas relacionados con “la injusticia racial, la brutalidad policial, la reforma de la justicia penal, la inmigración negra, la injusticia económica, LGBTQ y los derechos humanos, la injusticia ambiental, el acceso a la atención médica, el acceso a la educación de calidad, y los derechos y la supresión de los votos”.
Dede su fundación y muy especialmente en los últimos meses, tras la muerte de Floyd, el movimiento ha recibido importantes donaciones y contribuciones de grandes corporaciones y celebridades, como la realizada por la banda coreana de K-pop, perteneciente al sello musical BTS, que donó 1 millón de dólares: "Estamos en contra de la discriminación racial. Condenamos la violencia, tú, yo y todos tenemos derecho a ser respetados. Nos mantendremos unidos. #BlackLivesMatter", escribió el grupo en un tuit.
Tras la aportación de esta adinerada cantidad, se lanzó una campaña de donación bajo el hashtag #MatchAMillion. En las primeras 24 horas se superaron los 800.000 dólares.
Si bien el electorado afroamericano ha favorecido históricamente al partido Demócrata, desde la muerte de George Floyd, la opinión pública sobre el racismo, la justicia penal y el movimiento Black Lives Matter se ha desplazado hacia la izquierda.
Según los datos registrados recientemente por Civiqs, una empresa de investigacion de encuestas online, por un margen de 28 puntos, la mayoría de los votantes apoyan el movimiento BLM en comparación con un margen de 17 puntos antes de que comenzara las protestas raciales más recientes. Otras encuestas, como la realizada por UCLA/Nationscape del Fondo para la Democracia, muestran también un aumento significativo de opiniones que no favorecen a la policía, así como la creencia de que los afroamericanos están sometidos a una mayor discriminación.
El estudio llevado a cabo por la Universidad de Monmouth (Nueva Jersey), llegó a la conclusión de que el 76% de los estadounidenses considera que el racismo y la discriminación son un “gran problema”, superando en 26 puntos las cifras de 2015.
Según esta encuesta, el 57% de los votantes pensaba que la rabia de los manifestantes estaba totalmente justificad, mientras un 21% adicional consideró que estaba “algo justificado”. Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses cree que es más probable que la policía use la fuerza letal contra los afroamericanos que contra los blancos, y que hay mucha discriminación contra los estadounidenses negros en la sociedad. En 2013, cuando comenzó Black Lives Matter, la mayoría de los votantes no estaban de acuerdo con todas estas declaraciones.
“Están hablando a todos los funcionarios electos a nivel local y nacional, pero también se están enfocando en el presidente Donald Trump. Va a influir muchísimo no sólo en la elección presidencial, sino en las votaciones locales, en las elecciones para senadores en los estados”, explica el analista político Mikey Hernández. “Ante todo, pretenden construir un poder colectivo y asegurarse de que los candidatos respondan por los problemas que afectan a las comunidades negras y a aquellos menos favorecidos".
Los simpatizantes de Joe Biden creen que su capacidad para aprovechar el impulso del movimiento Black Lives Matter puede ser una de las claves de su victoria el próximo otoño. Su popularidad entre los votantes de color de mayor edad - debido en gran parte a su papel de vicepresidente en la administración de Barack Obama- , lo ha ayudado en su nombramiento como candidato demócrata este mismo año. No obstante, a Biden le cuesta seducir a las generaciones más jóvenes de color, que se han mostrado muy críticas con su apoyo al endurecimiento de las penas en los años 80 y 90, algo que contribuyó al encarcelamiento en masa de gente negra. También le han reprochado que haya dado por hecho que los afroamericanos le votarán. En mayo, Biden tuvo que pedir disculpas por bromear en una entrevista cuando se dirigió directamente a la comunidad afroamericana: “Si no tienes claro si debes votarme a mí o a Trump, entonces no eres negro”.
“Me pasé de listo”, lamentó Biden. “No debería haberme expresado con tanta arrogancia”.
Algunos críticos políticos, consideran que el problema de los demócratas no es que los jóvenes negros voten a Trump. El problema es que Biden no les entusiasma y, si no ven clara la posibilidad de que se produzca un cambio real en el sistema, pueden quedarse en su casa el día de las elecciones, lo cual se lo pondría más fácil a Trump.
De ahí las presiones que Biden ha recibido por parte de donantes de campaña, estrategas y miembros de su partido para que elija como vicepresidenta a una mujer afroamericana, que atraiga al electorado de color y a las minorías.
No obstante, aunque la tendencia según las encuestas es que el movimiento Black Lives Matter goza de mayor popularidad entre la ciudadanía, la sensación de que las protestas estaban fuera de control, con saqueos y violencia, también podría dañar la imagen pública de la organización. Y es posible que el BLM encuentre nuevos obstáculos al pasar de una crítica del status quo a proponer nuevas políticas, como la discusión sobre la eliminación de los fondos de la policía, que pueden tener un apoyo más limitado que el de las reformas policiales.
La índice de participación de ambos bandos electorales, en cualquier caso, constituirá un elemento fundamental para poder analizar lo que sucederá dentro de tan solo 3 meses en el Gobierno de los Estados Unidos.