En Estados Unidos existe en estos momentos una grave falta de leche en polvo para bebés. La razón hay que buscarla en la decisión del principal fabricante de paralizar su producción después de que se hayan hecho públicos varios casos de contaminación que podrían estar relacionados con la muerte de dos recién nacidos.
El asunto se ha convertido en un auténtico problema de Estado. La Casa Blanca ha puesto nombre a la solución: Operación Fórmula Voladora. De este modo, desde Alemania han salido ya varios aviones con esta leche en polvo tan necesaria para los bebés del gigante norteamericano, sobre todo para los de las familias más vulnerables y necesitadas.
Estados Unidos es un país sin baja por maternidad y donde sólo la mitad de las mujeres optan por la leche materna. Desde hace varios días, en las tiendas ya no queda leche en polvo infantil.
La crisis, agravada por los cortes en la cadena de suministro debidos a la pandemia de covid, ha llevado al presidente del país, Joe Biden, a invocar la ley de Producción de Defensa de 1950, promulgada en plena Guerra Fría para atender urgencias ocasionadas por la guerra de Corea.
La falta de la leche en polvo llevó a Hanna, desesperada, a lanzar un mensaje en Internet. En nada, consiguió diez botes de otras madres que ya no la utilizaban. Ahora ha creado una página web donde donan familias de todo el país.
El problema ha ido en aumento debido a las malas fórmulas, desde el virus a una bacteria, pero, sobre todo, por el proteccionismo estadounidense a sus empresas. Y ahora, la falta de producción local alimenta esta crisis de carácter vital.