La noticia del positivo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Melania, se conoció a primera hora de la mañana del viernes, pero los síntomas del presidente que en principio eran leves se han ido incrementando, al parecer con fiebre, por ello y como medida de precaución han decidido trasladarle al Centro Médico Militar Walter Reed.
El mandatario, que ha sido trasladado en helicóptero, presenta fiebre desde esta mañana, tal y como ha indicado a la cadena CNN una fuente cercan al asunto. Trump se encuentra entre la población de riesgo a sufrir los efectos más graves del coronavirus, hombre, edad avanzada y obesidad.
Su jefa de prensa, Kayleigh McEnany ha explicado que "Trump está siendo hospitalizado como medida de precaución y siguiendo las recomendaciones de los médicos"
Recibió este viernes una dosis de ocho gramos del cóctel experimental de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron, y sigue "fatigado pero con buen estado de ánimo" horas después de haber dado positivo.
En un comunicado, el médico del presidente en la Casa Blanca, Sean Conley, explicó que a Trump se le administró ese tratamiento como "medida de precaución" después de que esta madrugada fuera diagnosticado con el nuevo coronavirus.
En concreto, a Trump le administraron "una única dosis de ocho gramos del cóctel anticuerpos policlonal de Regeneron, y completó la inyección intravenosa sin contratiempos", explicó Conley.
Además, el presidente ha estado tomando "zinc, vitamina D, famotidina" -un medicamento para tratar las úlceras o el reflujo gástrico-, melatonina (una hormona para tratar los trastornos de sueño) y una aspirina diaria, precisó el doctor.
Según un informe difundido este viernes, Trump es “probablemente el principal impulsor” de la desinformación sobre la pandemia en los medios de comunicación.
El estudio, “Desinformación del coronavirus: Cuantificación de fuentes y temas en la 'infodemia' COVID-19”, analizó más de 38 millones de informaciones en inglés publicadas entre el 1 de enero y el pasado 26 de mayo por medios de comunicación tradicionales de todo el mundo.
La investigación, elaborada por expertos de la Cornell University, de Ithaca en el estado de Nueva York, identificó más de 1,1 millones de noticias -que representaron el 2,9 % de la conversación general sobre COVID-19- que desinformaban sobre la pandemia.
“Es especialmente notable que mientras la desinformación y las teorías de conspiración propagadas por fuentes ostensiblemente populares, como los grupos antivacunación, los oponentes al 5G y los extremistas políticos, aparecen en nuestro análisis en varios de los temas, contribuyeron mucho menos al volumen general de desinformación que actores más poderosos, en particular el presidente de Estados Unidos”, reza el documento.