Singapur es uno de los principales modelos a seguir por el mundo en estos momentos. La república asiática, formada por sesenta y tres islas, ha registrado casi 29.000 casos positivos de coronavirus : el uso de la tecnología para rastrear los contactos ha sido vital para evitar una epidemia descontrolada. Para conocer la situación, la doctora Calvo Baltanas, investigadora en NUS, Universidad Nacional de Singapur, explica en Informativos Telecinco las claves.
"Singapur es una burbuja tecnológica y desde luego una de las estrategias en la lucha contra el virus reside en aplicar la tecnología en diferentes campos, desde el desarrollo de la vacuna hasta la implementación de apps que permiten saber en qué entornos se mueven los ciudadanos y quienes tienen potencialmente contacto entre sí (imagino que muchos habrán visto los perros robot, que pasean por los parques recordando la distancia social)", señala Baltanas, de 29 años, que trabaja en un laboratorio de mejora genética en cultivos locales -urban farming-.
"Aquí se han dispuesto escáners de temperatura desde febrero y actualmente tenemos que registrarnos con nuestros documentos de identidad para entrar en los supermercados, que se han adaptado a estas medidas de manera rapidísima. Singapur es excepcionalmente eficaz en mantener un control sobre la tasa de contagio en sus ciudadanos, y todos los clusters (grupos de infección) hasta ahora han podido identificarse y aislarse debidamente", añade.
"Algunas escuelas abrirán próximamente de manera supuestamente segura, pero no está claro qué comercios van a poder abrirse a partir de junio. El gobierno anunció que es probable que comercios como tiendas de ropa, que no se consideran indispensables, permanezcan cerradas. Bares y restaurantes probablemente no abrirán hasta julio, aunque si vuelve a haber un ascenso en el número de casos es posible que el gobierno decida prolongar esta fase", destaca sobre la actual situación.
La doctora cree que la situación en España es triste por el balance de víctimas y por todas las vidas que se han visto y que se están viendo afectadas, aunque cree que no es justo comparar entre países. "Los factores que respectivos gobiernos puedan tener en cuenta para aplicar unas medidas u otras pueden ser muy diferentes, y manejar esta crisis tiene que ser extremadamente complicado. Siempre me he sentido muy segura en manos del personal sanitario en España, a los que considero verdaderos profesionales", precisa.
"La actual estrategia en Singapur se parece un poco a la de Nueva Zelanda: eliminar efectivamente el virus de la sociedad para que eventualmente puedan desarrollarse las actividades de manera normal, por eso el periodo de confinamiento se está extendiendo hasta casi 3 meses con una tasa de mortalidad (menos de 30 personas han muerto desde enero en Singapur por Covid-19) y contagio en la población bajísima (fuera de los grandes clusters aislados)", explica.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, comentó hace unas semanas que una de las mejores formas para rastrear los contactos sería que cada individuo haga una lista de las personas con las que se ha tenido contacto (estar a menos de dos metros de distancia y más de 15 minutos hablando), ya sean amigos o familiares, entre otros.
Algunos expertos creen que la baja tasa de mortalidad en Singapur se debe a las temperaturas: durante todo el año está practicamente en verano, por lo que el efecto del calor puede disminuir la propagación, pero no está claro. "Mi especialidad son virus en plantas y sé que ciertos procesos virales pueden estar limitados por las condiciones ambientales. Muchos laboratorios especializados estarán trabajando en este aspecto y puede ser que en algún momento podamos extrapolar los resultados y afirmar o desmentir si las condiciones ambientales que se dan en un territorio concreto pueden afectar el contagio", destaca Baltanas.
El rastreo de contactos y las primeras horas son fundamentales para evitar nuevos focos. "Hasta donde yo sé, siempre que ha habido un caso de COVID-19 confirmado, se han realizado tests a todos aquellos que hayan estado en contacto directo con la persona en cuestión y parece que el país no escatima en cuestión de tests. Desde luego, hay que tener en cuenta que Singapur es uno de los países más ricos del mundo y a la vez, una ciudad con unos 5.7 millones de habitantes. Por lo tanto es viable llevar a cabo un análisis sistemático", comenta la doctora española.
"Durante este tiempo hemos podido salir a hacer deporte siempre y cuando respetáramos las distancias de seguridad y no fuéramos con nadie más que las personas que viven en el mismo domicilio que nosotros. Desde que se impusieron las medidas de prevención el 7 de abril y que aquí reciben el nombre de “circuit breaker”. Es fácil apreciar que la gente se ha tomado su responsabilidad de manera muy seria: no se ven grupos de gente, las calles están bastante vacías y sólo se pueden ver familias o personas haciendo ejercicio de manera individual y siempre con mascarilla", asegura.
"La sociedad singapurense ha respondido de manera muy pacífica y comprensiva a todas las medidas. El gobierno nunca ha impuesto un confinamiento tan estricto como en Italia o España, a pesar de que el número de casos estaban aumentando peligrosamente", cuenta Baltanas.
Los países orientales, como China, Japón o Corea del Sur, pese a que esta última tiene democracia, utilizan los datos móviles de los ciudadanos para rastrear los posibles nuevos casos y evitar que la epidemia se descontrole. El valor de la sociedad prima por delante de lo individual, principios confucianos según los expertos. En Europa, este 'control' tecnológico no se puede llevar a cabo debido a la Ley de Protección de Datos. Sin embargo, el asunto no exime polémica.
"Singapur tiene su propia app de tracing, que se llama track&trace y sí se usa. La privacidad de los datos es algo que preocupa a todo el mundo, pero no sé hasta donde se hace una valoración de ello en esta sociedad. Es cierto que el sistema legal es durísimo y puede penalizar de una manera o de otra cualquier cosa que representa una amenaza para la comunidad, que es extremadamente multicultural. Por ejemplo, cuando se comete alguna falta (robar en una tienda) no hay ningún tipo de problema en revelar fotos y nombres completos de las personas que hayan cometido la falta, lo que a mí particularmente me sorprendió bastante. En este sentido, sí abogan por un bien social más que individual", señala al respecto Baltanas.
"El desarrollo de la vacuna será determinante a nivel global, y no va a favorecer de manera aislada a Singapur. Asimismo, el gobierno está tomando medidas muy conservadoras para mantener a la población segura, pero no sé qué efecto puede tener en la recuperación económica", comenta la experta.
"Es demasiado pronto para decir nada respecto a la vacuna. Hay ensayos muy prometedores, pero lo más importante es desarrollar una vacuna eficaz y segura y lo único que se puede decir a ciencia cierta es que de momento no la tenemos y no se sabe cuándo estará disponible, a pesar de lo que muchos políticos quieran hacernos creer", concluye.
La doctora Calvo Baltanas procede de Dueñas, un pueblo de Palencia. Es doctora en genética molecular y mejora genética en cultivos y se graduó por la Universidad de Salamanca. Además, antes de emprender su aventura en Asia, trabajó en Islandia, Costa Rica, Alemania y Holanda, donde realizó su doctorado.