La pandemia ha hecho que modifiquemos por completo los planes que se llevaban a cabo en nuestro día a día. Gracias a las nuevas tecnologías, procesos cotidianos como las clases o las declaraciones en los juicios se han podido realizar a través de videollamadas. En una de estas videollamadas un cirujano ha protagonizado un momento que ha sido recogido por los medios de comunicación estadounidenses.
Al parecer, el doctor Scott Green estaba llamado a declarar en un litigio. Nada más conectarse, el sanitario apareció vestido con la indumentario de quirófano y, de pronto, se puso a operar a un paciente. Tras observar esta escena, el juez encargado del caso decidió interrumpir al médico.
"A menos que me equivoque, veo a un acusado que está en medio de un quirófano y que parece participar activamente en la prestación de servicios a un paciente. ¿Es eso correcto, Sr. ¿Green?", preguntaba el juez. "No me siento cómodo por el bienestar de un paciente si está en el proceso de una operación que podría llevarlo a juicio, a pesar del hecho de que está aquí hoy", comentó el magistrado al médico, según ha recogido el medio de comunicación 'Sacramento Bee'.
Fue entonces cuando el cirujano quiso dejar claro que había más compañeros suyos en la sala mientras estaba operando al paciente: "Tengo otro cirujano aquí mismo que está haciendo la cirugía conmigo, así que puedo quedarme aquí y permitir que ellos también hagan la cirugía".
Sin embargo, al juez no le convencieron estas palabras y decidió posponer el juicio para principios de marzo alegando que estaba "preocupado por el bienestar del paciente basado en lo que estoy viendo".
Este cirujano no ha sido el único en acaparar los titulares de los principales medios de comunicación debido a su comportamiento en el juicio que se celebró por videollamada. Hace tan solo unas semanas, un abogado protagonizó otro momento surrealista al declarar en un juicio con el filtro de un gato. “¿Puede oírme señoría?”: es lo que se escuchaba mientras en la videoconferencia judicial se ve a un gato. “Puedo oírte pero creo que es un filtro”, decía el juez con mucha paciencia. “Si lo es y no se cómo quitarlo”, comentaba apurado el letrado.
“Estoy aquí pero no soy un gato”, continuaba asegurando. Una frase para reír si no estuviera en medio de la celebración de un juicio. Al final, logró quitar el filtro que había dejado puesto su hijo.