Steven Amos es un guardabosques de conservación de las remotas Islas de Papúa Nueva Guinea, como cada día en su trabajo se encontraba limpiando la playa de residuos pero ese día de noviembre se encontró con un objeto diferente.
Mientras limpiaba la playa en la isla Panasesa, Amos encontró una botella que no había sido arrojada como basura, la botella había sido lanzada con la intención de llegar a alguien porque en su interior había una nota manuscrita.
En declaraciones realizadas a The Guardian, el guardabosque reconoció que la botella le llamó la atención porque era una botella de vidrio, sellada con una tapa y en su interior había conchas, granos de arroz y la nota.
Dos años antes de ese hallazgo, una adolescente de 17 años, Niki Nie, decidió lanzar la botella con el mensaje dentro durante un crucero que realizaba con su familia entre Vanuatu y las Islas Marshall.
En el mensaje que envió la joven se podía leer: “Supongo que si estás leyendo esto, significa que esta botella ha sobrevivido a su largo viaje y ha logrado aterrizar con seguridad en tus manos. ¡Espero que te encuentre bien! Tengo mucha curiosidad por saber dónde cayó esta botella y cuánto tiempo tardó en llegar"
Amos, quien lleva trabajando durante cuatro años en la conservación del lugar y en la protección de las tortugas, reconoció que cuando encontró el mensaje sintió gran alegría y solo tenía como objetivo encontrar a la persona que lo había mandado.
Asegura que gracias a la ayuda de su colega pudo ponerse en contacto con Nie, la autora de la nota: "Estaba tan emocionado que no podía dormir cuando me dijeron que me encontraría con ella a través de Zoom "
"Cuando leí la carta, hice todo lo posible por ponerme en contacto con la señorita Nie y con la ayuda de mi colega, pude hacerlo. Estaba tan emocionado que no podía dormir cuando me dijeron que me encontraría con ella a través de Zoom", dijo Amos.
Gracias a las redes sociales el ‘milagro’ se obró y los dos pudieron hablar durante un rato del sorprendente hallazgo.
La joven asegura que cuando lanzó la botella con el mensaje dentro nunca imaginó “que conocería a la persona que encontró mi mensaje”
El mensaje en la botella recorrió más de 2.500 kilómetros de distancia y tardó dos años para unir a dos personas que nunca se habrían conocido de otra manera.