La directora de un orfanato próximo a Zaporiyia, la zona que acoge la central nuclear ucraniana, ha señalado que “nos están matando a nosotros y a nuestros niños”. Olha Kucher ha tenido que dejar el centro junto a 217 niños y los demás empleados. Son ellos, los niños, objetivo de los ataques de Rusia, como el de ayer en el hospital infantil de Mariúpol.
“No entiendo por qué los rusos no pueden creer que estamos siendo bombardeados, que nos están matando a nosotros y a nuestros niños”, ha dicho, visiblemente emocionada Olha Kucher, directora del orfanato de Zaporiyia.
“Vladimir Putin está diciendo que está haciendo algo aquí, pero solo es matar gente, solo matar gente”, ha sentenciado.
Ella y los 217 niños que residían en el orfanato, cercano a la zona que alberga la central nuclear de Zaporiyia, tomada por las tropas rusas, ha tenido que ser evacuados. No se sabe su destino.
Los niños parecen el objetivo de Vladimir Putin en esta guerra. Ayer bombardeó una maternidad en Mariúpol, una de las ciudades que se le resisten junto a la capital y muy importante estratégicamente porque tiene salida al mar.
Un enorme socavón de dos plantas de profundidad ha dejado una bomba en este hospital. El ataque ha dejado 17 heridos y tres muertos, entre ellos una niña.
Hasta ahora la ONU ha cifrado en 37 los niños asesinados en la guerra de Ucrania por las tropas rusas. Hay que sumar la niña del hospital de Mariúpol.