Se llama Sarah Mhlanga, tiene 38 años, vive en el noroeste de Inglaterra y hoy denuncia ser víctima de amenazas y mensajes de odio en las redes por el simple y mero hecho de tener un notable parecido físico con Meghan Markle. Según denuncia, están usándola “como un saco de boxeo”, y se siente víctima de la ira que muchos ciudadanos británicos profesan a la duquesa de Sussex.
La situación, no obstante, no le resultaba ajena, pero sí que dice estar viviendo en estos momentos una particular pesadilla que se ha acrecentado desde la demoledora entrevista de Meghan y el príncipe Harry a Oprah Winfrey, distribuida desde Estados Unidos a múltiples rincones del mundo, provocando una oleada de titulares en los tabloides internacionales.
Desde sus palabras, incide, las amenazas contra ella se han incrementado significativamente, hasta el punto de que, según apunta Daily Star, teme la repercusión que ello pueda tener en su trabajo, dado que su parecido físico con la duquesa de Sussex es tal que antes del confinamiento en Reino Unido la llamaban para hacer determinadas intervenciones llegando a ganar hasta 300 libras por aparición, es decir, casi 350 euros.
Madre de dos hijos, Mhlanga subraya que los ‘trolls’ de las redes sociales la han centrado como uno de sus objetivos al no tener al alcance la posibilidad de lanzar los mensajes directamente a Meghan. Según afirma, sus palabras en la entrevista a Oprah han hecho que parezca que “libraba una guerra” contra la familia real británica, lo que ha hecho que sus defensores se alíen contra ella.
“Hay algunas personas que sienten que Meghan está librando una guerra contra la realeza y la gente no puede acceder a Meghan, así que me están usando como su saco de boxeo”, ha denunciado en unas declaraciones para la revista Closer, donde señala que recibe mensajes en los que la tachan de “estar buscando atención”, instándola a “avergonzarse” por representar a la duquesa de Sussex.
“Es doloroso”, denuncia, manifestando que pese a “amar” a Meghan, le preocupa ahora que la gente no quiera contratarla.
Insistiendo en que el odio se ha intensificado desde que concediese la entrevista, Mhlanga revela que algunos han llegado a recomendarle dejar su trabajo porque Meghan es ahora “la mujer más odiada del mundo”, asegurándole que “merece el mismo abuso” por imitarla.
La treintañera, que llegó a estudiar las imágenes de la de Sussex para incorporar sus expresiones y sus gestos, no obstante, defiende identificarse con las opiniones de Meghan sobre el racismo, indicando que ella también tiene “hijos de raza mixta” que han sufrido el acoso por su color.
"Ella ha pasado por una prueba muy grande y era hora de que se escuchara su voz”, afirma.
Además, desde las redes ha asegurado que a raíz de sus declaraciones para la revista Closer algunos medios británicos han tergiversado sus palabras sin siquiera haberse puesto en contacto con ella: "Ahora sé lo que siente", ha denunciado.