La violencia, tanto en forma de conflictos, terrorismo u homicidios, pero también las medidas que se adoptan para evitarla y sus consecuencias tienen un coste. En 2018, este fue de 14,1 billones de dólares, el 11,2 por ciento del PIB mundial, y que llevado al ciudadano de a pie se traduce en 1.853 dólares por persona, según el Índice Global de Paz que publica el Institute for Economics and Peace (IEP).
El impacto económico de la violencia en la economía mundial fue un 3,3 por ciento menor que en 2017, lo que supone la primera disminución desde 2012. Desde ese año hasta 2017, el impacto económico había aumentado un 11 por ciento hasta situarse en 14,58 billones, impulsado principalmente por las guerras en Siria, Libia o Yemen, entre otros.
Según el análisis, la disminución ha venido motivada por la mejora en el apartado de conflictos armados, debido a una menor intensidad en los conflictos de Siria, Colombia y Ucrania. Asimismo, también se ha producido una reducción sustancial en el impacto económico que tiene el terrorismo, que cayó un 48 por ciento el año pasado hasta situarse en 28.500 millones.
En todo caso, la principal partida en lo que se refiere al impacto económico es la relativa al gasto militar, que en 2018 fue de 5,7 billones de dólares, lo que representa el 40 por ciento del total. Le sigue el gasto en seguridad interna, donde se incluye el gasto policial y judicial así como los costes asociados al encarcelamiento. En total, fue de 4,5 billones, el 32 por ciento del total.
Los homicidios representan el 8 por ciento del impacto económico de la violencia, algo más de 1,2 billones de dólares y un 3 por ciento más que un año antes, un aumento que el IEP atribuye a que a medida que los países crecen también lo hace su renta per cápita y con ello los efectos de la violencia.
Por primera vez, el Índice Global de Paz analiza el impacto que tienen los suicidios en la economía, teniendo en cuenta que la OMS los considera como un acto de violencia autoinfligida. Así, su coste asciende a 737.000 millones, un 5,2 por ciento del total, una cifra superior a la relativa a los delitos violentos, como agresión violenta o agresión sexual. En este caso, costaron 353.000 millones, el 2,6 por ciento del total. En lo que respecta a la seguridad privada, esta ascendió a 816.000 millones, un 5,8 por ciento del total.
Por lo que se refiere a los conflictos armados, estos solo suponen el 4,8 por ciento del total el impacto de la violencia en la economía mundial. En este apartado el informe incluye las muertes por conflictos externos y por conflictos internos, la pérdidas ocasionadas al PIB, los refugiados y desplazados internos, así como los muertos y heridos por actos de terrorismo.
En total, el coste en 2018 fue de 275.000 millones de dólares, un 29 por ciento menos que el año anterior. En el caso de los diez países más afectados por la violencia, su PIB se vio reducido en entre un 22 y un 67 por ciento. Estos países son víctimas de conflictos, cuentan con elevados niveles de desplazamiento interno, presentan altos niveles de violencia interpersonal o cuentan con grandes ejércitos.
El 'top 10' lo encabeza Siria, sumido en una guerra desde hace más de ocho años y que en 2018 perdió el 67 por ciento de su PIB como resultado de la misma. Le siguen Afganistán y República Centroafricana, países inmersos en ambos casos igualmente en conflictos armados y que perdieron el 47 por ciento y el 42 por ciento, respectivamente.
En cuarta posición aparece Corea del Norte, el país más hermético del mundo y fuertemente militarizado, cuyo coste supuso el 34 por ciento de su PIB. A Irak, quinto en el listado, la violencia le costó el 32 por ciento de su PIB, y eso que el grupo terrorista Estado Islámico fue dado por derrotado en este país a finales de 2017.
Venezuela aparece en la sexta posición, con un impacto económico del 30 por ciento en su PIB. Según explica el IEP, se ha incluido este país por su elevado índice de homicidios, lo mismo que ocurre con El Salvador, país que cierra la tabla y al que la violencia le costó el 22 por ciento de su PIB.
El listado lo completan Chipre --incluido por el elevado número de desplazados como consecuencia de la división de la isla--, con el 30 por ciento; Somalia, donde confluyen las acciones de los grupos terroristas y un elevado número de desplazados, con el 26 por ciento; y Colombia, donde sigue habiendo un elevado nivel de violencia pese al acuerdo de paz con las FARC de manos del ELN pero también de bandas criminales, con el 25 por ciento.