El coronavirus ya tiene a Europa en jaque. Imparable, la covid-19 vuelve a extenderse a una velocidad alarmante que ya recuerda a muchos a los peores momentos de la pandemia. El “invierno duro” del que advertía la OMS parece haber llegado ya, de forma anticipada, mientras los gobiernos de los distintos países se afanan en incrementar las restricciones en un nuevo intento desesperado de frenar los contagios cuando ni siquiera ha llegado la Navidad.
En Austria, donde el fin de semana pasado se decretaba el confinamiento para los no vacunados, en una medida que pretendía el doble objetivo de intentar controlar la transmisión y forzar a los no inmunizados a acudir a vacunarse, ahora se redobla la restricción y se aplicará ese confinamiento a toda la población. Así, nueve millones de personas volverán enfrentarse a la estricta medida durante los próximos 20 días, y solo saldrán a la calle para lo imprescindible.
Además, el país, que hoy ha registrado 15.800 casos, ordena el uso de la mascarilla FFP2 en espacios cerrados y, más allá, la vacunación será obligatoria a partir de 2022.
Mientras, en Alemania la situación es igualmente dramática, consagrándose como uno de los grandes focos de coronavirus en Europa. Su incidencia alcanza los 340,7 casos por 100.000 habitantes en los últimos 7 días, y en las últimas 24 horas han comunicado la friolera de 53.000 nuevos casos, lo que provoca que el país ya supere los 5,2 millones de contagios desde el inicio de la pandemia.
Concretamente, el último balance de las autoridades sanitarias alemanas registra 52.970 positivos y añade además 201 muertes, en un repunte que ha hecho saltar las alarmas en el país.
La propia canciller alemana, Angela Merkel, ha descrito la situación como “dramática”, subrayando que está en situación de “emergencia” y es necesario aumentar la tasa de vacunación para frenar la que es la cuarta ola de contagios en el país.
En este contexto, en Baviera ya han anunciado el cierre de toda actividad pública en las zonas con una incidencia a los 1.000 nuevos casos semanales por cada 100.000 habitantes; una medida drástica que afecta al comercio no esencial, la hostelería y también al ocio y la cultura. Solo se libran de momento del cierre las guarderías y el colegio.
Ya lo ha avisado también el ministro de Sanidad, Jens Spahn, quien habla igualmente de “emergencia nacional”, señalando que ya no se pueden descartar confinamientos más estrictos como el de Austria. De hecho, pide cierre de bares, quedarse en casa y limitar el contacto social.
Por su parte, en la vecina Francia el azote de la nueva ola es menor, aunque los hospitalizados por covid han aumentado un 10% en la última semana. Así, el presidente, Emmanuel Macron, valora generalizar la tercera dosis.
En Grecia, la consigna comunitaria de “vacunarse, vacunarse y vacunarse”, resuena también en pleno pico de contagios, y con solo el 62% de vacunados, el primer ministro griego ha anunciado restricciones al ocio y la vida pública para los no vacunados, aunque tengan un test negativo.
Por otro lado, en el este de Europa las coberturas de vacunación siguen siendo demasiado bajas, tal como denunciaba la OMS, y la covid-19 igualmente está causando estragos.
Hoy Ucrania ha superado la barrera de los 3,3 millones de casos y los 80.000 muertos por coronavirus tras sumar 725 decesos en el último día, además de 20.050 casos.
Más allá, en Rusia se ha confirmado un nuevo máximo diario de muertos por coronavirus, enlazando dos días con más de 1.250 fallecidos, mientras otros como Eslovaquia, sumándose a decisiones como la que inicialmente tomó Austria, han impuesto el confinamiento obligatorio para quienes no se vacunen contra el coronavirus.