La lucha contra el coronavirus y la búsqueda de una cura son los principales focos de doctores e investigadores de todo el mundo. Pues bien, en EEUU han empezado a utilizar el plasma sanguíneo de pacientes recuperados para tratar a los más críticos que se encuentran en los hospitales.
El tratamiento ya está autorizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA), organismo que se encarga de aprobar el uso de nuevos fármacos.
La entidad avisa de que este método sólo puede utilizarse en pacientes críticos y cuya vida corre peligro. Además, los doctores deben pedir autorización. Esto se debe a lo raro de la decisión, uya que se suelen tardar meses en autorizar este tipo de tratamientos.
Hay que hacer pruebas, ensayos... El método ha de quedar probado y asegurar que no es dañino y que es efectivo. "Aunque es prometedor, el plasma no ha demostrado ser efectivo en las enfermedades estudiadas", han asegurado.
Esta técnica ya ha sido utilizada en el pasado. 'Gripe española' en 1918, ébola, SARS... Por ejemplo, en el caso de este último, el tratamiento si fue efectivo a la hora de mitigar los síntomas.
Además, en China ya se ha utilizado con pacientes graves y parece que sí funciona, aunque quedan por realzar todos los estudios pertinentes.
La intención es que los anticuerpos generados por la persona que ya ha pasado la enfermedad puedan ayudar a otra enferma, ya que estos se quedan flotando en la sangre, sobre todo en el plasma (parte líquida).