Los efectos del COVID-19 en Nueva York
La ONU cierra al público su sede en la ciudad
En menos de una semana el COVID-19 se ha hecho con la Gran Manzana y sus efectos se notan. En la ciudad que nunca duerme y en la que viven más de 8.5 millones de habitantes no estamos acostumbrados a ver restaurantes de moda vacíos, vagones de metro con asientos libres a primera hora de la mañana, o calles sin tráfico en hora punta. Nueva York es el segundo estado con mayor número de casos de infectados por el coronavirus (143), y se prepara para que esta cifra no aumente.
La ONU cierra al público su sede en Nueva York
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El objetivo es evitar cualquier aglomeración de personas que pueda ayudar al COVID-19 a propagarse. Por eso, esta misma noche, las Naciones Unidas cerrarán sus puertas al público y limitarán al máximo el número de empleados que en adelante trabajarán desde sus puestos, así lo acaba de anunciar la oficina del Secretario General del organismo.
Y esto no ha hecho más que empezar, poco a poco, la prensa va anunciando la cancelación de eventos multitudinarios, siguiendo los pasos del resto del mundo. Y si no se cancelan desde la organización, es el público quien decide no jugársela y cancelar su asistencia, porque ahora sí, parece que este país se toma en serio el COVID-19
'Air kisses', los besos del coronavirus
Ni choque de manos, ni abrazos, ni dos besos, ni nada que implique un contacto demasiado cercano entre dos personas. Los neoyorquinos ahora se saludan con un choque de codos, o en el mejor de los casos con un par de air kisses, besos al aire (que vienen siendo los dos besos de toda la vida sin llegar a juntas las mejillas). Y que no se te ocurra estornudar, esta involuntaria e inocente acción se ha convertido ahora en poco menos que un crimen.
Conforme aumenta el miedo por el coronavirus la población extrema las precauciones y los gobiernos aumentan las medidas para evitar la expansión del virus. El alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, ha pedido a los neoyorquinos que, en la medida de lo posible, trabajen desde casa y que si se sufren algún síntoma que pudiera relacionarse con el coronavirus, pidan la baja. Un lujo que pocos pueden permitirse, ya que, en la ciudad de Nueva York, por ley, los trabajadores solo tienen derecho a un máximo de 40 horas por enfermedad pagadas.
De momento, las escuelas públicas permanecen abiertas, solo algunos colegios han cerrado sus puertas, pero las familias no se sientan cómodas enviando a los más pequeños de la casa al colegio. Además, New Jersey ha decretado el estado de emergencia, siguiendo los pasos del estado de Nueva York este fin de semana, Florida y 7 estados más.
Que no cunda el pánico, el estado de emergencia es una estrategia que ofrece más ayuda
En Estados Unidos, de momento, no se han alcanzado las cifras que vemos en España o Italia. En Nueva York no hay fallecidos por el coronavirus, ni en New Jersey (solo 11 pacientes han dado positivo), entonces ¿por qué declaran el estado de emergencia? Muy sencillo, "para contener la propagación del COVDID-19", explicaba el gobernador demócrata de New Jersey, Phil Murphy.
Declarar el estado de emergencia conlleva una serie de ventajas que pueden frenar la expansión del coronavirus. El más importante, que el estado cuenta desde ese momento con los recursos del gobierno central para hacer frente al COVID-19, pero además, puede intervenir en el aumento de precios en caso de que esto se disparen como ocurrió con las mascarillas en Europa.
Desinfectante casero para luchar contra las estafas
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, ha advertido que se perseguirá a todos aquellos que intenten aprovecharse de la situación e inflen el precio de sus productos. Sin ir más lejos, la semana pasada una ferretería de Manhattan fue multada por subir el precio de productos desinfectantes. Pero Cuomo es consciente de que la hazaña puede ser difícil de completar, así que ha decidido crear su propia línea de desinfectantes, el NYS Clean.
El gobernador Cuomo ha explicado en una rueda de prensa que se distribuirán 454.609 litros al día en escuelas, espacios públicos y agencias gubernamentales en todo el estado. Una gran noticia en un momento en que en los supermercados se han acabado las existencias de mascarillas y desinfectantes.
A su lucha se ha unido la Fiscalía General de Nueva York que está distribuyendo una guía que describe posibles estafas al consumidor relacionadas con el COVID-19, y advierte que se esta ¨monitoreando activamente¨ a minoristas que inflan precios y entidades que ofrecen tratamientos milagrosos para curar el coronavirus.