La pandemia de coronavirus está dejando historias muy emotivas y una de las últimas ha sido la de Leilani Jordan, una dependienta de supermercado en Maryland, Estados Unidos, que se despidió de sus padres antes de fallecer por la COVID-19.
Tuvo que seguir yendo a trabajar por tener un empleo esencial y, de hecho, le comentó a su madre Zenobia Sherpherd que alguien tenía "que hacerlo" porque alguien tenía que ayudar " las personas mayores".
Jordan sufría parálisis cerebral, lo que no impedía que ayudase a todos sus clientes con una sonrisa. "Siempre estaba por ellos, les ayudaba a colocar las bolsas en los andadores y subir la compra al ascensor”, aseguró su madre.
Leilani, de 27 años, fue infectada de coronavirus y hospitalizada con síntomas muy graves a finales de marzo y terminó falleciendo sin que sus padres pudiesen despedirse de ella. "Cuando llegó al hospital, se quedó inconsciente y la metieron en la UCI", dijo su madre. "Lo siguiente que supe es que estaba intubada".
Pero la joven sí que pudo despedirse. El padrastro de Jordan, Charles, descubrió que el móvil de la joven ya no tenía contraseña y en él descubrió un vídeo de despedida. "Hizo un vídeo diciéndonos adiós a todos y nos deseó lo mejor", recordó su madre.
"Nos dijo adiós; a sus hermanas, (y a su perro guía) Ángel, adiós; y a todos sus amigos. Nos aseguró que nos veríamos en el otro lado", finalizó.