En plena segunda ola del coronavirus en, prácticamente, todo el mundo, la televisión de Corea del Norte avisa: el polvo amarillo estacional arrastrado por el viento desde China podría introducir el coronavirus en el país. Por eso, el régimen de Pyongyang pide a sus ciudadanos que permanezcan en casa y que si tienen que salir al exterior, utilicen siempre mascarilla.
La televisión estatal KRT asegura que el fino polvo puede contener sustancias dañinas, como metales pesados y patógenos. Aunque la idea de que el virus se propague a Corea del Norte desde el desierto de Gobi, a 1.900 kilómetros de distancia, parece bastante improbable, teniendo en cuenta que la distancia física recomendada para evitar contagios es de dos metros.
A pesar de que el mundo está zumido en una segunda ola, Corea del Norte no ha informado de ningún caso positivo de coronavirus, una estadística que los expertos en salud ponen en duda.
Hasta la fecha, las medidas del Gobierno norcoreano se han centrado en estrictos controles fronterizos y medidas de cuarentena para prevenir un brote, que sería un duro golpe para un país económica y políticamente aislado.
Por su parte, las autoridades sanitarias chinas han informado el sábado de que no se ha registrado en el país ningún caso de transmisión local de coronavirus, mientras que 28 nuevos positivos procedentes del exterior se han notificado en las últimas 24 horas.