Una mujer en silla de ruedas intenta cruzar, como puede, una transitada calle de Milwaukee. Justo en ese instante, este conductor de autobús, la ve a lo lejos y teme que se quede parada en mitad de los coches.
Por eso, preocupado por su seguridad, decide parar el vehículo y bajarse de él para correr en su ayuda.
Cuando llega hasta ella, le ayuda a cruzar a la otra parte de la avenida. Una vez se asegura de que está a salvo, vuelve a su asiento y sigue con su trabajo.
Una acción amable y también muy común entre los conductores de este condado donde, hace poco, una mujer recogió a dos perros que se habían alejado de sus dueños y a una conductora que ayudó a que un niño, que se había perdido, pudiese reencontrarse con sus padres. Gestos de bondad que, sin duda, definen a estas personas.