Nicholas Lester, un conocido desarrollador informático de consolas, perdió los papeles con su hijo, de tan sólo siete años, cuando éste se negó a dejar de jugar videojuegos. En un ataque de ira, su padre, de 41 años, agarró al aterrorizado menor y comenzó a estrangularlo, amenazándole de que "dejaría de respirar".
Al escuchar los gritos de auxilio del pequeño, la madre corrió al dormitorio. Los hechos ocurrieron el 6 de febrero del año pasado en su domicilio familiar en West Melbourne (Australia). Además, hasta tres testigos que escucharon al pequeño llegaron a llamar a la Policía para que actuase.
Ahora ha tenido lugar el juicio en la Corte de Magistrados de Melbourne, ante la que Lester se declaró culpable de agredir a su hijo. La magistrada Caroline Boult condenó al padre de la víctima a una orden de corrección comunitaria de un año con el requisito de realizar 100 horas de trabajo no remunerado.
"Su hijo de siete años estaba usando efectivamente su voluntad contra la suya", dijo la jueza, añadiendo que "los niños se portan mal, juegan, se resisten a la autoridad razonable: eso es lo que hacen los niños. Eso es lo que seguirán haciendo".
Boult recriminó a Lester que "como padre, es su responsabilidad no recurrir a un acto de violencia familiar. Nunca hay una excusa para la violencia familiar y el tribunal espera que usted tome decisiones que mantengan segura a su familia sin importar cuán enojado se sienta o cuáles sean las circunstancias". De este modo, la magistrada dio una conferencia al progenitor sobre los conceptos básicos de la crianza.
Boult dijo que aceptaba que Lester sufría de depresión y había tomado medidas para mejorar su salud mental. A pesar de su evidente repulsa por el comportamiento de Lester, la jueza dejó al agresor sin un castigo que supusiera ingresar en prisión.
En una audiencia anterior, el Herald Sun informó de que la cara del niño se puso roja mientras gritaba a su madre. "No puedo respirar", llegó a exclamar la víctima. El pequeño no presentó ante el tribunal una declaración de la agresión a la que le sometió su padre.
Además, la jueza tuvo en cuenta que no existían condenas previas. Eso sí, tras conocerse la sentencia por la agresión a su hijo, el puesto de trabajo de Lester en una importante compañía tecnológica está en peligro.