La Comisión Europea ha remarcado que es competencia de los Estados miembro decidir si una vacuna contra el covid debe ser obligatoria o no en su territorio, por lo que Bruselas no quiere posicionarse sobre los anuncios de gobiernos como los de Francia o Grecia que quieren imponer la vacuna contra el coronavirus al personal sanitario.
"Las campañas de vacunación recaen sobre las competencias nacionales, por tanto la cuestión de si debe ser o no obligatoria una vacuna es un asunto al que deben responder los Estados miembro", ha zanjado el portavoz del Ejecutivo comunitario de Salud, Stefan de Keersmaecker, en una rueda de prensa.
Bruselas evita así tomar partido sobre iniciativas que barajan varios Estados miembro, como la vacuna obligatoria para el personal sanitario o la necesidad de un certificado de vacunación para acceder a establecimientos de ocio como restaurantes o teatros.
Con todo, el Ejecutivo comunitario hace hincapié en que la vacunación del mayor número de población posible es "la mejor manera de salir de esta pandemia", según ha apuntado el portavoz, en especial entre aquellos colectivos "más vulnerables" por el riesgo de contagio de alguna de las variantes del virus.
En este contexto, la Comisión insiste en llamar a los Estados a redoblar los esfuerzos para garantizar que se logra el objetivo común de vacunar al menos al 70 por ciento de la población adulta de la UE antes de que acabe el verano, a pesar de las grandes diferencias que se están dando entre los Estados miembro.
Bruselas insiste en que ya se han distribuido en todos los países de la Unión Europea vacunas "suficientes" para alcanzar este objetivo y, según datos difundidos por los propios servicios comunitarios, cerca del 50 por ciento de la población adulta de la UE ha completado ya la pauta de inmunización.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha confirmado la propagación de la variante delta del virus, que amenaza con "dificultades", y "mientras el virus circule, nos enfrentaremos a este tipo de situaciones". Por eso, ha abogado por "poner restricciones a los no vacunados, en lugar de a todos. "Reconocer la buena ciudadanía", ha defendido.
Macron ha anunciado que será obligatorio vacunarse para todo el personal sanitario o en contacto con grupos vulnerables, y a partir de septiembre se empezará a llevar a cabo controles y se sancionará a quien no cumpla la directriz.