El extenista alemán Boris Becker ha sido condenado a dos años y medio de prisión por la justicia británica tras haber sido declarado culpable de ocultar 2,5 millones de libras esterlinas (3 millones de euros al tipo de cambio actual/3,16 millones de dólares) para evitar el pago de sus deudas. Becker cumple condena en la cárcel de Wandsworth, en la ciudad de Londres (Inglaterra).
El centro penitenciario está calificado como “desmoronada, superpoblada e infestada de bichos”, según el medio Daily Mail. Unas condiciones deplorables para un prisión de categoría B y con capacidad para albergar a más de 1.500 presos.
Charlie Taylor, inspector jefe de prisiones, también aporta su descripción de Wandsworth. “Los reclusos pasan más de 22 horas al día en celdas en ruinas y solo tiene seis duchas para 86 celdas”, apunta sobre el centro donde cumple condena el alemán.
“El consumo de drogas y los problemas de salud mental son muy elevados: un grupo de reclusos fueron descritos caminando ‘parpadeando a la luz del sol’ después de más de una semana en reclusión", añaden.
Asimismo, el centro penitenciario se encuentra a tan solo un par de kilómetros de las pistas de Wimbledon. Allí, Becker fue uno de los grandes dominadores del torneo durante su carrera profesional. Reinó sobre el Grand Slam británico en los años 1985, 1986 y 1989
Los ciudadanos extranjeros que cumplen sentencias de prisión de más de 12 meses a menudo son deportados "en la primera oportunidad", ya que se considera "propicio para el bien público", según el Ministerio del Interior.
Mientras tanto, Becker no tendrá que cumplir toda su pena en Wandsworth. Pasados 15 días de su ingreso, le pasarán a una prisión de tipo C, es decir, con menos seguridad y más adecuada para los delitos no tan graves.