El VSS Unity es un avión espacial suborbital, es decir que no alcanza la velocidad suficiente para escapar del tirón de la gravedad de la Tierra. En cambio, se disparará a más de tres veces la velocidad del sonido a más de 80 kilómetros sobre el suelo, como demostró Richard Branson este domingo en el primer vuelo turístico al espacio.
El avión espacial VSS Unity de Virgin Galactic fue desarrollado por esta compañía, propiedad del multimillonario Richard Branson, que se ha convertido en el primer tripulante que se paga su viaje al espacio.
Este vuelo ha sido el cuarto vuelo espacial tripulado de la empresa Virgin Galactic, que finalmente se adelantó a la de Blue Origin, de otro millonario, el fundador de Amazon, Jeff Bezos en lo que parece la carrera espacial del Capital y no de la Ciencia.
El avión, con dimensiones similares a las de un jet privado, se separa sin contratiempos de la nave VMS Eve, llamada así en honor a la madre de Branson, al alcanzar una altura de unos 10.000 pies (poco más de 3 kilómetros), para luego continuar su viaje hacia las fronteras del espacio y a unas 50 millas (80 kilómetros) sobre la superficie de la Tierra.
El VSS Unity va montado sobre la nave propulsora VMS Eve. En el que viajaron los seis miembros de su tripulación a bordo, incluido Branson y los próximos viajeros. El avión se separa de forma fluida de la nave VMS Eve, aunque despega anclado a ella. Esta lo eleva hasta unos 15 kilómetros y llegado a ese punto, el VMS Eve suelta el avión espacial, que se encarga de subir a los pasajeros hasta los 86 kilómetros.
La nave nodriza tarda unos 45 minutos en navegar y subir lentamente con VSS Unity a entre 12.192 y 15.240 metros. Cuando los pilotos dan el visto bueno, el avión espacial cae entre los dos fuselajes de WhiteKnightTwo y enciende su motor cohete, volando directamente hacia arriba y rugiendo más allá de la velocidad del sonido.