La inminente caída del cohete lanzado por China en la Tierra ha despertado incertidumbre en numerosos ciudadanos, especialmente después de que varios expertos apuntaran a la posibilidad de que el objeto impacte en una zona habitada, como Nueva York, Pekín o Madrid, entre el 8 y 10 de mayo.
Sin embargo, las posibilidades de que este cohete acabe colisionando en España, y concretamente en Madrid, son más que remotas. De hecho, "es más fácil que toque la primitiva", según explica a Informativos Telecinco el profesor Jose María Madiedo, doctor del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC especialista en asteroides, cometas y meteoritos.
El Pentágono está llevando a cabo un rastreo del artefacto para intentar anticipar dónde caerán sus restos cuando entre en la atmósfera terrestre. Según información de la Agencia Espacial Europea, ESAfacilitada a Informativos Telecinco, la zona de riesgo de escombros actual incluye cualquier porción de la superficie de la Tierra entre aproximadamente las latitudes 41.5 norte y 41.5 sur. Esto incluye, por ejemplo, y en lo que respecta a los estados miembros de la ESA, partes de España, Italia, Grecia y Portugal, así como los estados cooperantes Malta y Chipre.
A pesar de todas las incógnitas, no hay una gran razón para entrar en pánico. Lo más probable es que los restos del cohete terminen en el océano, dado que cubre la mayor parte del planeta. "Efectivamente, es más probable que toque una primitiva a que caiga en Madrid. En principio, cualquier punto dentro de la franja (del documento de la ESA) tiene igual probabilidad de que ahí se produzca la caída. Pero hay que tener en cuenta que en torno al 70% de la franja está formada por océanos y que incluso aunque caiga en tierra, los núcleos de población se concentran en puntos concretos", detalla el experto.
La situación real es que, a fecha de hoy, no se sabe con exactitud dónde va a caer ese cohete, en qué parte concreta del planeta va a caer. "No hay forma de hacer en estos momentos unos cálculos fiables" que permitan determinar su destino.
Estamos ante la entrada de lo que llamamos "basura espacial", algo bastante común, según detalla Madiedo, coordinador de la red de telescopios más grande de España. En este caso, se trata de parte de un cohete que lanzó la Agencia Espacial China para llevar al espacio uno de los módulos de la nueva Estación Espacial que el país asiático está construyendo. Y ese cohete (etapa central, denominada CZ-5B), que mide aproximadamente lo que sería un edificio de 10 plantas, quedó en órbita y se espera que vuelva a reentrar en la atmósfera terrestre.
Sería el mayor fragmento que vaya a entrar en la atmósfera. No obstante, debemos saber que no se estrellará el cohete al completo en el suelo terrestre, sino que caerán fragmentos, ya sean más grandes o pequeños. "Un cohete tiene distintas fases (partes), que se van desprendiendo conforme el combustible que va en esas fases se va agotando. Estas fases van cayendo casi 'sobre la marcha' y lo hacen de forma controlada. Se sabe dónde va a caer, porque para eso se hace de esta manera. La NASA ", explica el doctor Madiedo.
China, en lugar de hacerlo de esa manera, y que el cohete cayese una vez que ha cumplido su misión, dejó al cohete en órbita, "lo llevaron demasiado alto". Lo llevaron "a la altura de la estación espacial" que están construyendo. Por tanto, en lugar de caer sobre la marcha, el cohete "entró en órbita alrededor de la tierra y ya está, supuestamente, fuera de control, lo que hace que no se pueda prever con precisión cuándo va a caer". No está claro si el cohete intentó y no pudo desorbitarse a sí mismo de manera segura, o si incluso tenía la capacidad para hacerlo desde el principio.
Muchos se preguntan qué tamaño puede tener el fragmento, o fragmentos, que toquen el suelo. Tal y como explica Madiedo, es algo que no se puede calcular, porque el cohete se va a ir desintegrando y quedará reducido a escombros. Lo que sí se puede decir es que, del "edificio de 10 plantas", solamente van a aguantar las partes que más resistan las temperaturas.
En todo caso, no hablamos del impacto de un objeto con el tamaño de un autobús o un camión. En absoluto. "En el peor de los casos, si sobreviven fragmentos grandes, podrían tener el tamaño de una bombona de butano, y sin el peligro de estas últimas, ya que los fragmentos no explotan", comenta Madiedo.
Si se produjese el impacto de un fragmento del tamaño de una bombona de butano (poniéndonos en el peor de los casos) contra un edificio o una estructura, "podría echar abajo un muro". Pero este evento "no va a abrir un cráter enorme, ni va a generar una explosión catastrófica o una onda expansiva. Nada por el estilo", destaca el experto en astronomía.
A la velocidad a la que se está moviendo la etapa central del cohete, que son algo menos de 30.000 kilómetros por hora, en la atmósfera terrestre se va a desintegrar la inmensa mayoría. Y lo que no se desintegre, se va a romper en pedazos. "Puede caer algún fragmento grande, pero no va a tumbar ningún edificio o gran estructura", señala Madiedo.
Hasta ahora solo hay un precedente, de hace más de cuatro décadas, en el que una joven fue alcanzada por un fragmento de basura espacial y no la ocurrió absolutamente nada, era un fragmento muy pequeño, según el especialista. Notó un impacto en su espalda mientras iba caminando por el parque. Le confirmaron que le había golpeado un trozo de metal de un satélite y no pasó nada. La paciente salió ilesa.
"Es el único caso registrado de una persona que ha sido alcanzada por un trozo de metal que ha reentrado en la atmósfera terrestre desde que se inició la carrera espacial en los años 50. La probabilidad de que pase de nuevo es muy pequeña", subraya el experto, quien comenta que incluso en la península ibérica se han encontrado restos de lanzamientos, pero han caído en zona deshabitadas.
En el caso de que los restos del cohete caigan al mar, no tendrá ningún impacto significativo. "Ni va a producir un tsunami, ni va a generar oleaje. Además, la contaminación tampoco será significativa, porque serían fragmentos pequeños, metálicos, que irían al fondo. Incluso aunque puedan quedar restos de combustible, serían pequeñísimas cantidades. No tendrá impacto ambiental apreciable", destaca el astrofísico.
Estos fragmentos del cohete se podrían contemplar en el cielo, asegura el experto. "No sería igual que un objeto natural, como un asteroide, porque un objeto natural que entra en la atmósfera y provoca una bola de fuego se mueve a más velocidad de lo que se va a mover este cohete cuando entre en la atmósfera. Los objetos naturales suelen durar menos en la atmósfera. Cuando lo ves se apagan antes", detalla el profesor Madiedo.
"Aquí sería algo que le daría tiempo suficiente a la gente para sacar su móvil y sacar un vídeo. Si esto sobrevuela España, en el momento de la caída, habrá numerosos testimonios gráficos, a no ser que ocurra en una hora de la madrugada", subraya. En la franja horaria de Madrid, se estima que entraría en la zona a las 04 horas 30, según una web que realiza el cálculo.
Según ha detallado la ESA en un comunicado, no se sabrá dónde va a caer el fragmento hasta ocho horas antes de que se produzca el impacto. "Esa es la ventana de tiempo habitual para poder predecir un impacto. Del cohete se sabe que está descendiendo su altitud. En un día ha descendido unos 80 kilómetros, está aproximadamente ahora en torno a unos 300 kilómetros de altura sobre el nivel del suelo", precisa el doctor Madiedo.
El problema que hay a la hora de precedir dónde va a caer y cuándo va a caer exactamente es que cuando el cohete empieza a entrar en la atmósfera terrestre, la atmósfera va a frenarlo. Esto "va a empezar a ser significativo en cuanto que el cohete esté a una altura de aproximadamente unos 150 y 180 kilómetros sobre el nivel del suelo". En este momento, comenzaría a interactuar la atmósfera con el cohete. Hasta que esto no se produzca, no se podrán hacer cálculos fiables de dónde va a caer y cuándo. La atmósfera no es una cosa totalmente uniforme y homogénea, en ella influye la distinta densidad del aire en una misma altura o la temperatura que aporte el sol (dependiendo de la zona).
Las ocho horas de margen que deja la ESA para predecir el impacto plantean una duda ¿podrá verse el objeto en todo momento durante esas ocho horas? "A la velocidad que presenta el objeto (unos 27.000 km/h), por la experiencia que tenemos, se empezará a ver cuando esté en torno a unos 80 kilómetros de altitud. No se verá cuando entre en la atmósfera, sino más tarde. No obstante, pese a que la bola de fuego se va a ver en la fase final, la entrada a la atmósfera del objeto se va a conocer antes de que se visualice la bola de fuego en el cielo", apostilla el especialista en astronomía.
Los sistemas de seguimiento y vigilancia de las estaciones espaciales están haciendo el tracking del objeto. Sabrán cuando entra el objeto en la atmósfera antes de que se vea la bola de fuego, y si en ese momento lanzan una alerta y determinan que cae en una población, ya quedaría en manos de las autoridades de esa zona del mundo el llevar a cabo o no algún tipo de acción. En principio, daría tiempo a alertar a la población, aunque fuera 'in extremis'. Pero hablamos de que no vaya a haber un tiempo de reaccion muy grande.
En el caso de tener mala suerte y que caiga un objeto del tamaño de una bombona de butano en nuestro tejado o pared, dependerá de las clausulas del seguro quien asuma los gastos. "Ann Hodges, una joven estadounidense, recibió el impacto de un meteorito mientras estaba en su casa. El objeto atravesó el techo y también provocó daños en el salón, lugar en el que se encontraba en ese momento. El meteorito le golpeó en una cadera cuando dormía la siesta. Ella reclamó al seguro y le dijeron que no le podían cubrir nada porque no había ninguna poliza al respecto", recuerda Madiedo.
En el caso de Hodges, le golpeó un meteorito, un objeto natural. El cohete sería un objeto artificial, por lo que acarrearía problemas legales en caso de producirse un incidente. En cualquier caso, como indica el experto, se podría avisar a la zona potencialmente afectada e incuso desalojar una zona del previsible impacto.
"Es un tema que llevan los expertos y que las autoridades están avisadas simplemente por la prensa. Los expertos estamos viendo que se está quitando hierro al asunto", explica el profesor Madiedo. A pesar de que la caída de basura espacial es común, no existe un plan de seguridad para estos eventos. "Dudo que se haga nada", concluye el experto.