"Tener una mascota, afirmó a EFE Libeth Ceballos mientras acariciaba a Chombo y La Niña, unos perros rescatados de la calle y que fueron adoptados por el personal de un centro de salud en Panamá que este fin de semana acogió una jornada de vacunación contra la rabia.
"Chombo llegó aquí hace 8 años, casi desde que el centro inició" sus operaciones en el sector de Las Garzas de Pacora, en las afueras de Ciudad de Panamá, y La Niña lo hizo mucho después, tras ser arrollada y tirada en plena calle, contó "la abuela de las mascotas", como llaman a Libeth.
Esta amante de los animales aplaudió que cientos de personas con sus mascotas (perros, gatos, conejos y hasta pericos) asistieron a la jornada de vacunación contra la rabia organizada por el Ministerio de Salud (Minsa) en el marco del Día Mundial de los Animales, que se celebra cada 4 de octubre desde 1929.
"Queremos que sepan que los animales tienen derechos y nosotros tenemos deberes", recalcó Ceballos, que señaló que el abandono, una alimentación inadecuada y la falta de cuidado sanitario son formas de maltrato animal.
A las mascotas hay que vacunarlas anualmente. Este programa de inoculación debe comenzar, en el caso de los perros, al mes y medio de nacer. También es importante que paseen al aire libre para que puedan correr y recibir sol.
El estrés provocado por el encierro obligado al inicio de la pandemia, una medida que en Panamá se extendió por más de seis meses en 2020, provocó en los perros enfermedades gástricas y dermatológicas que aún persisten en muchos, explicó a EFE el jefe de zoonosis del Departamento de Salud Pública de la Región Metropolitana de Salud, Enrique Bieberach.
Se dieron "enfermedades gástricas, respiratorias, muchos problemas de piel por la falta de vitamina D, caída del pelo, erupciones en la piel", porque los perros, al igual que sus dueños, "no podían salir y caminar. El encierro les bajó las defensas", relató el experto.
Las mascotas, enfatizó Bieberach, "necesitan paseo, caminar, correr, espacio abiertos y no solamente estar hacinados en las casas" porque el encierro les genera mucho estrés.
El funcionario expresó su alegría por la masiva afluencia a la jornada de inoculación contra la rabia y recordó que desde 1973 está erradicada en Panamá la "rabia urbana" gracias precisamente al programa de vacunación.
Imari Icaza, de 19 años, tiene ahora once perros, casi todos recogidos de la calle, y confiesa a EFE que ellos son como "hijos" para ella. Imari acudió a la vacunación con la perra Bucana de Lux, a la que definió como su "compañera", que le da cariño y además la cuida.
"Me acompaña a todos lados (…) siempre está ahí, los animales no hablan pero entienden (…) ella me cuida, si viene alguna persona y se me acerca ella se le tira encima para protegerme. Yo la crié para que no fuera violenta y para llevarse bien con los niños, ella no es tan agresiva. Está atenta a todo pero no es agresiva", comentó sobre su mascota.
Aunque tiene once perros, Imari afirmó que ha llegado a albergar hasta 25 en su casa, que es muy grande y lo permite. Los ha recogido de la calle para cuidarlos, una labor en la que encuentra apoyo en su padre, que también ama a los animales.
"Por favor, no los abandonen, ellos son inocentes, son unos angelitos", concluye Imari.